Misa en el encuentro misionero celebrado en Tlalnepantla Foto:SIAME
Misa en el encuentro misionero celebrado en Tlalnepantla Foto:SIAME

La imposición y el autoritarismo solo aleja a los jóvenes de Cristo, advierte.

En la actualidad, la religión Católica no se transmite a las nuevas generaciones mediante la imposición y el autoritarismo de las tradiciones, sino con la experiencia de la fe, aseguró el cardenal Carlos Aguiar Retes.

Este domingo al celebrar una misa como parte de un encuentro misionero en el auditorio del colegio Cristóbal Colón, en Tlalnepantla, Estado de México, el Arzobispo Primado de México recordó las palabras del Papa Francisco: “No debemos de transmitir la religión Católica, la enseñanza del evangelio, el ser cristianos a partir de la imposición de tradiciones o de normas, como son ir a misa el domingo, confesarte en cuaresma, hacer ayuno y abstinencia. Esas tienen que venir posteriormente” a la transmisión de la fe.

A las nuevas generaciones, agregó, “lo que menos les gusta es la imposición, el autoritarismo, pues esto en lugar de ayudar a que conozcan a Cristo los hace que se alejen, que tomen distancia y nos digan ‘ahí que mis viejitos sigan con sus cositas, ¿no?’.

“Entonces lo que tenemos que hacer para transmitir la fe es transmitir nuestra propia experiencia de vida. Por eso es importante el diálogo en el seno de las familias. Compartir la experiencia de fe entre nosotros, eso sí convence. Y si después va acompañado de la palabra de Dios adecuándose a nuestra vida, ya la llamó a los católicos a tener capacidad de escucha, diálogo y bondad, a fin de dar testimonio de su vida para transformar a la comunidad hicimos”.

Por eso, Aguiar.

En su homilía, en la misa a la que asistieron 203 representantes de parroquias, el arzobispo señaló que cuando “tenemos una experiencia a veces adversa, difícil, conflictiva, pero hacemos presente los criterios de la Palabra de Dios y los aplicamos, y se resuelve la situación de una manera favorable decimos ‘Gracias, Dios mío porque me ayudaste’”.

Agregó: “Eso es una experiencia personal de la que el otro no se da cuenta y por eso hay que compartirla. Cuando uno comparte las experiencias vividas, entonces se hace más fuerte esa sensación de que Jesús camina con nosotros, de que su espíritu, el Espíritu Santo, está con nosotros, nos conduce, nos fortalece, nos consuela”.

Incluso, “cuando las cosas no salen bien, no es porque no haya estado el espíritu, sino porque las libertades de los hombres que intervinieron en esa situación conflictiva no abrieron su corazón. Pero aun así, no teniendo éxito humano en la solución de un problema, si nosotros confiamos en el Señor, al tiempo no solamente encontramos consuelo, sino que de eso que salió mal vendrán bienes”, expuso Aguiar.

Abundó: “De eso que pensábamos que tendría que haberse resuelto de otra manera, si nosotros seguimos confiando en el Señor y le decimos en nuestra oración ‘ayúdame a afrontar esta situación tan difícil’, al tiempo vemos que de ahí surgen bienes, con lo cual aprendemos poco a poco que en la pedagogía divina no es que sea instantánea y automática la intervención victoriosa de Cristo, sino que siempre pasa por la cruz, siempre pasa por dolor, sufrimiento, drama, tragedia, pero jamás nos deja abandonados, está siempre con nosotros”.

Como administrador apostólico de la Arquidiócesis de Tlalnepantla, Aguiar Retes comentó que es interesante el proceso misionero que se realiza, porque las pequeñas comunidades se forman para la lectio divina.

“Compartamos lo que vamos viviendo semana tras semana para aprender a descubrir las presencias de Cristo entre nosotros. Compartiéndolas damos testimonio de que Jesús está vivo. No es simplemente un slogan, un lema, el decir ‘¡Cristo vive!’. Es una experiencia que se va haciendo realidad, la cual ya nadie nos podrá arrancar. Esa convicción se va fortaleciendo de tal manera que al paso de los años se agiganta, madura, y nos hacemos también maestros para los otros, especialmente para las nuevas generaciones”.