Monseñor Rogelio Cabrera López, arzobispo de Monterrey Foto:Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM)
Monseñor Rogelio Cabrera López, arzobispo de Monterrey Foto:Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM)

El objetivo es hacer realidad la paz y el desarrollo, puntualiza.

Es tiempo de que como mexicanos dejemos de lado los obstáculos y nos dispongamos a establecer verdaderos canales de comunicación y acción para buscar el bien común, a fin de hacer realidad la vivencia de la paz y el desarrollo del país, afirmó Rogelio Cabrera López, arzobispo de Monterrey.

En su mensaje dominical, el jerarca católico destacó que en su 105 Asamblea Plenaria los obispos aprobaron un “Proyecto Global de Pastoral hacia el 2031-2033”, en el que manifestaron sus anhelos de “ser una Iglesia que anuncia y construye la dignidad humana, comprometida con la paz y las causas sociales, renovando nuestra acción misionera y evangelizadora para ser testigos compasivos de la misericordia de Dios”.

Este proyecto, precisó, será puesto en práctica a escala nacional y se adecuará a las realidades propias de cada región del país. Los obispos, agregó, “somos conscientes del trabajo en común que debemos realizar para hacer de nuestro país un lugar en donde la diversidad de pensamientos no sea una barrera para el desarrollo, sino que, sumando las virtudes de cada uno, logremos que el esfuerzo invertido no sea en vano y que los frutos puedan ser alcanzados y aprovechados de la mejor forma posible”.

Asimismo, el arzobispo Cabrera manifestó la solidaridad de la Iglesia de Monterrey “con los hermanos que sufren agravios bélicos en diferentes partes del mundo, particularmente en Siria, en donde recientemente se han agravado las acciones violentas que, desde hace tiempo, tienen presa del terror a esa porción de la humanidad”.

Manifestó: “Como Iglesia no solo elevamos nuestra oración a Dios para pedir por la paz, sino que alzamos nuestra voz, junto a la de todos los hombres y las mujeres de buena voluntad para pedir el inmediato cese de cualquier acción que denote inestabilidad en cualquier región del mundo”.

El jerarca católico consideró que “no es justo que por intereses egoístas de unos cuantos se acabe de forma violenta con cientos de vidas inocentes. Es necesario, como lo ha mencionado en múltiples ocasiones el Papa Francisco, que se establezcan los canales adecuados para dialogar y solucionar los conflictos. Por lo que invito a toda la comunidad a unir nuestra plegaria al dador de todo bien para que los directamente involucrados sean iluminados por la gracia divina y tomen adecuadas decisiones para suprimir todo conflicto y que la paz vuelva a los lugares en donde el miedo y la angustia paralizan el caminar de la población”.