Los obispos mexicanos llamaron a los gobiernos federal, estatales y municipales olvidarse de intereses personales partidistas, ideológicos, políticos y religiosos en esta contingencia por el Covid-19 y unirse en la preservación de vida.

En un mensaje al pueblo mexicano, los obispos puntualizaron que la atención sanitaria y la alimentación son prioridad en estos momentos.

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Por eso invitaron a “quienes tienen el poder de decidir sobre los grandes proyectos y obras nacionales a considerar la oportunidad de destinar esos recursos, durante los meses en que muchos mexicanos no tienen trabajo, para mitigar las carencias de alimentos en muchos hogares de nuestra nación mexicana.

“Salud, alimentos y trabajo son exigencias ineludibles en esta emergencia sanitaria de Covid-19. Nos parece que los gobiernos federal, estatales y municipales, junto con los empresarios mexicanos, tienen la oportunidad de liderar, con todos los recursos humanos y materiales, esta nación tan plural que ahora requiere y exige unidad. También los obispos y católicos mexicanos queremos participar y superar unidos este flagelo.

“Estamos experimentando la fragilidad de las instituciones y en particular del sistema sanitario y financiero”.

Reconocieron la labor realizada por el personal sanitario que expone su vida y la de su familia a diario, así como la de los encargados de reponer los productos en los mercados, de los limpiadores, de los transportistas, de las fuerzas de seguridad, también de los hermanos sacerdotes, hermanas religiosas y laicos que en medio de la pandemia han continuado con las obras de solidaridad a los más necesitados, vulnerables y desprotegidos, de personas que buscan con creatividad y coraje que las fuentes de empleo no se cierren, de los que en esta situación se esfuerzan por dar consuelo y fortaleza para los que sufren.

El mayor desafío es rehacer el tejido social resaltando los valores humanos, dando primacía a la vida. Porque “esta sociedad que tendría que ofrecer a todos los ciudadanos las condiciones necesarias para vivir con dignidad está dañada y es necesario que todos, como miembros de ella, tomemos conciencia de esta realidad y nos hagamos responsables para que pueda cumplir con su cometido de ser un espacio de vida digna para todos sus miembros”.

Los obispos agregaron que ante la tentación del egoísmo, de la fragmentación y de la autosuficiencia, todos estamos llamados a trabajar por la unidad, superando las diferencias que nos lastiman y entristecen.

Exhortaron a todas las personas e instituciones sociales a unir fuerzas y “sobreponernos juntos a esta grave crisis, ofreciendo especial cuidado a las personas más vulnerables al contagio”.