Y por alguna razón el proceso no camina

El 23 de noviembre de 1927, cuatro hombres fueron fusilados en la Inspección de Policía del Distrito Federal; ¿su delito? Haber conspirado y llevado a cabo un intento de homicidio contra el general Álvaro Obregón, entonces presidente electo.

El quid es que la ejecución fue sin un juicio, sólo se cumplió la orden del presidente Plutarco Elías Calles.

Los hombres ejecutados eran militantes de la Liga Nacional de Defensa de la Libertad Religiosa. Antes, fueron interrogados extensamente acerca de su presunta participación en el intento del asesinato a Obregón; sus respuestas, junto con testimonios de otras personas que fueron también detenidas en relación con el delito, quedaron plasmadas en un informe.

El documento fue firmado por los acusados y el inspector en jefe de la policía, el sinaloense Roberto Cruz.

Muchos años después, en octubre de 1961, Julio Sherer García entrevistó al general mochitense para el periódico Excélsior, y lo descirbe así:

Vería de frente e iba vestido de negro. Era trigueño, moreno pálido, de figura agradable, con rostro de hombre inteligente y culto. No me dijo nada cuando pasó cerca de mí. Yo tampoco me dirigí a él. Luego lo vi en el paredón, demacrado, sin una gota de sangre, con los labios que parecían de papel. Y segundos después escuché la descarga cerrada de los cinco soldados que lo ejecutaron“.

En efecto, Miguel Agustín Pro SJ, fue el primero en ser llamado ante el pelotón. Pidió que lo dejaran rezar y se lo concedieron. Entonces, perdonó al que lo había condenado (Calles) y a los hombres del pelotón de ejecución. De inmediato se levantó, y antes de ser fusilado, se puso de pie y extendió los brazos en cruz con el Santo Rosario en una mano y el crucifijo en la otra. Luego gritó: “¡Viva Cristo Rey!” -el grito de batalla de los cristeros- antes de que las balas lo alcanzaran. ¡Eso lo inmortalizó! y lo elevó años después a los altares, en calidad de beato.

Después de la descarga, su cuerpo cayó a tierra, había muerto como mártir y debía haber sido proclamado así de inmediato, pero fue hasta ocho años después de su muerte, en 1935, comenzó la recopilación del material y la recolección de testimonios con vistas a un futuro proceso canónico, que se abrió formalmente en 1952, en el gobierno del presidente Adolfo Ruiz Cortines.

En julio de 1986 la Congregación vaticana para la Causa de los Santos dio el visto bueno para su beatificación, la ceremonia estaba programada para el mes de noviembre de 1987, pero Miguel de la Madrid Hurtado pidió a la Santa Sede que postergara la fecha aduciendo el proceso electoral; la beatificación se llevó a cabo el 25 de septiembre de 1988, presidida por el hoy santo Juan Pablo II, pero no fue emitida por televisión por disposición del gobierno de México.

Error. Y claro No había entonces reconocimiento oficial a las Iglesias ni muchas menos relaciones diplomáticas con la Santa Sede, ésta fue concretadas en 1992.

En julio de 2009 Gilberto Hernández García de la agencia católica Zenit entrevistó al postulador de la causa de canonización del padre José Camarena SJ.

¿Cómo ha sido el proceso de canonización del padre Pro?

-El proceso inició el mismo año de su muerte; además su vida y su muerte están muy documentadas, pero, debido a diversas circunstancias, pasaron sesenta años para que se coronara con la beatificación, en 1988.

-¿En qué fase del proceso nos encontramos ahora?

Falta sólo un milagro. Un milagro contundente, es decir una gracia o una curación muy notable. Muchos me preguntan -incluso algunos obispos- que para cuándo la canonización, y yo suelo contestar: “pregúntenselo a Dios”. En el momento en que Dios quiera hará el milagro por intercesión del beato Pro.

El papa Francisco pide se acelere el proceso…

En febrero de 2016, en su gira apostólico por México, el papa Francisco se reunió en privado durante media hora con seis jesuitas en las oficinas de la Nunciatura Apostólica; el vocero papal Federico Lombardi SJ, dijo entonces que los religiosos vieron al Pontífice, y que la reunión consistió en “un pequeño encuentro fraternal”, en el cual los jesuitas regalaron al Papa una reliquia del beato Miguel Agustín Pro Juárez, trascendió entonces que el Papa les dijo que aceleraran el proceso de canonización del mártir zacatecano.

Pero por alguna razón el proceso de canonización no ha prosperado.

Carlos Villa Roiz recuerda en una nota en el semanario Desde la Fe que la comunidad jesuita que trabaja en el templo de la Sagrada Familia, en la colonia Roma de la Ciudad de México, ha recabado más de 4,500 testimonios por escrito sobre la fama de santidad de este mártir. Con ello esperan influir en su proceso de canonización por la vía de la fama de santidad (Fama Signorum).

Hoy hubo un servicio religioso en su memoria:

VIDEO DE LA PÁGINA DE FACEBOOK PADRE PRO S.J.