La participación de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) en la reconstrucción de la paz en el país con el gobierno, la problemática de la migración, los jóvenes, la violencia y los abusos sexuales de clérigos a menores, fueron los temas tratados por los obispos mexicanos con el Papa Francisco este viernes.

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Los arzobispos Rogelio Cabrera y Carlos Garfias, así como los obispos Alfonso Miranda y Ramón Castro, presidente, vicepresidente, secretario general y tesorero de la CEM, respectivamente, se reunieron durante 30 minutos con el Papa, a quien le entregaron el Proyecto Global de Pastoral 2031- 2033, que encomendó el Pontífice durante su visita apostólica en febrero de 2016.

En entrevista, Alfonso Miranda expuso que en el encuentro se dialogó sobre la realidad que viven los migrantes en su difícil paso a través del territorio mexicano, y la ayuda que les brinda la Iglesia “a través de las más de 120 casas que se tiene la iglesia católica”.

Además, el combate a la trata de personas en que participa la Iglesia de manera conjunta con la organizaciones de la sociedad civil.

Acerca de los jóvenes, el obispo dijo que se le informó al Papa sobre la necesidad de apoyarlos, el peligro que corren en algunos lugares y que se necesita acompañarlos.

El arzobispo Carlos Garfías expuso el trabajo que hace la Iglesia Católica especialmente en el tema de pacificación y destacó la disposición del Papa de sumarse a este proceso.

Miranda Guardiola subrayó que al tratar el tema de la reconstrucción de paz en el país, se le preguntó al Pontífice si regresaría a visitar México, a lo que respondió que ya lo visitó y hay otros países que no ha visitado y pensaba ir. Pero él estaba abierto a recibir al presidente Andrés Manuel López Obrador en el Vaticano.

Primero las víctimas

También la CEM informó que en el Encuentro sobre la Protección del Menor en la Iglesia, convocados por el Papa Francisco para erradicar el gravísimo problema del abuso sexual por parte del clero, se les expuso que se debe colocar “a la víctima en primer lugar, escucharla, comprenderla, acompañarla y comprometernos en su proceso de sanación, promoviendo que en las diócesis se lleven a cabo los procesos de denuncia civil, ofreciendo toda la cooperación eclesial para colaborar con la autoridad ministerial”.

El Episcopado agregó que ha “escuchado a algunas víctimas, palpado su dolor y nos duele profundamente el daño causado como Iglesia. No es suficiente pedir perdón, es necesario un cambio de perspectiva”.

Respecto a la formación de sacerdotes, se indicó que ésta se reforzará y “estarán apoyados por especialistas; la selección y la formación de los sacerdotes, desde su ingreso al seminario, acompañando su proceso formativo y permanente, a fin de lograr una vivencia plena de su vocación, y de evitar tener sacerdotes que sean o representen un riesgo para los menores y para las personas vulnerables”.

El Papa Francisco ha dado la indicación de reforzar y verificar las directrices de las conferencias episcopales, elevándolas a un rango normativo, no solo indicativo.

Y en el caso de México, “ahora le corresponderá a la CEM apoyar, supervisar y verificar en cada una de las diócesis, el cumplimiento, por una parte, de los procedimientos canónicos establecidos, estos últimos de acuerdo con las líneas guías, aprobadas por los obispos de México, y validadas por la Santa Sede; y por otra, el protocolo de aplicación civil, conforme a la legislación sustantiva y adjetiva penal de los diferentes Estados de la República”.

A los obispos mexicanos, reveló Miranda, el Papa les pidió mantenerse unidos “porque esa es la solución para enfrentar los problemas, cualesquiera que estos sean”.