Ex sacerdote Alberto Athié Gallo
Ex sacerdote Alberto Athié Gallo

Con esa comisión, explicó el activista, se pretende dar una respuesta a los casos de abusos conforme a la verdad, reconstruir la verdad histórica y caminar hacia la justicia; en el ámbito eclesiástico poner en el centro a las niñas y a los niños.

Anunció que será la Arquidiócesis de Monterrey la primera en implementar una comisión de esas características. Para que el Episcopado lo acepte tendría que ser avalado por el Consejo Permanente de la CEM o por todos obispos y su próxima reunión es en abril.

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Con más de dos décadas en lucha por justicia y de denunciar la pederastia clerical, José Barba, víctima de Marcial Maciel; Alberto Athié, fundador de los Legionarios de Cristo quien también denunció a Maciel, y Fernando González, investigador de la UNAM, se reunieron la semana pasada con el arzobispo Rogelio Cabrera y el obispo Alfonso Miranda, presidente y secretario general de la CEM, respectivamente, para iniciar un diálogo sobre los abusos sexuales de sacerdotes que tienen sumida a la Iglesia Católica en la peor crisis de los últimos años.

Alberto Athié, quien se retiró del sacerdocio por presiones del cardenal Norberto Rivera después de haber denunciado el abuso sexual que cometió Marcial Maciel contra Juan Manuel Fernández Aménabar, ex rector de la Universidad Anáhuac, informó que la invitación que les formuló la CEM fue para cumplir con el llamado del Papa de reunirse con víctimas antes del encuentro de este mes en el Vaticano con los presidentes episcopales, donde se tratará exclusivamente el tema de los abusos sexuales.

En los encuentros, Athié Gallo explicó que la pederastia clerical es grave, pero el problema de fondo se encuentra en el mecanismo que había diseñado e implementado el Vaticano para encubrir a sacerdotes pederastas.

Agregó que la plática giró en torno al porqué la Iglesia se convirtió en protectora de los pederastas y no en una institución que buscara la justicia para los niños.

La responsabilidad, señaló, se comparte entre los que abusan, los que encubren en las sedes locales, como son los obispos, y luego el modelo que se creó desde la Santa Sede, única que tiene toda la información de éstos en todos los países.

Rogelio Cabrera y Miranda Guardiola, dijo, “escucharon nuestros planteamientos y trataron de enfocar el problema en la responsabilidad, por eso surgió el cómo buscar una solución que no termine en una crisis intereclesial completa”.

Este es un primer acercamiento, después de más de dos décadas de lucha. Aún como sacerdote trató el tema con los ex presidentes de la CEM, el ahora cardenal Sergio Obeso y el arzobispo emérito Luis Morales; así como con el cardenal Norberto Rivera, el obispo de Tlaxcala, Jacinto Guerrero; Carlos Talavera quien fuera obispo de Coatzacoalcos, y el entonces obispo auxiliar Trinidad González de Guadalajara, quienes tomaron la solución institucional de no comentar nada. “Sólo hubo vacío y silencio”.

El presidente de la CEM, Rogelio Cabrera, recordó que los Episcopados no tienen autoridad sobre las diócesis, porque sólo es un organismo representativo para elaborar pronunciamientos conjuntos o elaborar documentos. Por ello, si la CEM solicita que se les dé autoridad sobre éstas en la reunión en el Vaticano “no sé si lo vayan a lograr”

Las conferencias episcopales desconocen el número de los casos de pederastia que hay porque las diócesis de todos los países se los envían sólo a la Santa Sede.

El arzobispo Charles Scicluna, a quien se le ha llamado “el cazador de pederastas”, reconoció que habían investigado cerca de 3 mil casos en el mundo, de los cuales sólo 10 por ciento era considerado como pederastia, 30 por ciento una especie de relación no confirmado y 60 por ciento de efebofilia, la cual se entendía como relación homosexual entre los adolescentes.

Hay países que han realizado investigaciones a nivel nacional, como Irlanda, Canadá y Australia; en Alemania y Estados Unidos, las indagatorias sólo han alcanzado algunos estados.

Del encuentro del 21 al 24 de este mes de los presidentes episcopales, Alberto Athié comentó que “éste tiene dos posibilidades: uno, seguir con el rollo de mensajes y arrepentimientos sin cambiar nada, es decir, “el gatopardismo de Bergoglio”, o ir al fondo de la cuestión, enfrentarlo y dar por terminado el mecanismo.

La pederastia clerical tiene tres niveles de responsabilidad, como el encubrimiento local y el de la Santa Sede con su mecanismo, agregó.