Foto:CEM
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Reuniones de jueves y viernes en la Conferencia del Episcopado Mexicano.

La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) solicitó a los cuatro candidatos presidenciales “no crear mundos ilusorios”, porque “más que un jefe de gobierno, necesitamos de un jefe de Estado capaz de orientar con firmeza y suavidad los esfuerzos de la sociedad y el gobierno, con una mirada de largo alcance, en el marco nacional e internacional”.

Al inicio de los encuentros con los candidatos, con quienes los obispos mexicanos se reunieron jueves y viernes, durante la 105 Asamblea Plenaria, el cardenal Francisco Robles Ortega, presidente de la CEM, dio lectura a un texto de cinco cuartillas y señaló: “México es muchas cosas. No puede fragmentarse en juicios parciales ni viscerales. Es una nación con un gran pasado, un presente desafiante y un futuro lleno de oportunidades”.

En los últimos años, reconoció, se han logrado “conformar avances significativos en materia política, económica y social, los cuales han sido reconocidos en América Latina, especialmente en el manejo macroeconómico, del esfuerzo en la consolidación de instituciones democráticas y, por supuesto, en algunos índices de salud, educación, vivienda, entre otros, que nos llaman a mejorar aún más, sin cancelar lo alcanzado”.

Pero, dijo, “hay mucho que hacer todavía. Hay indignación y graves realidades de exclusión que nos sacuden y violentan. Sin embargo, esto no puede opacar nuestra mirada sobre el bien conquistado. La crisis ética, hay que decirlo, no es exclusiva del gobierno, ni de nuestra nación, sino que es un cáncer presente en toda la humanidad, a combatir con audacia, prudencia y sabiduría. No podemos acostumbrarnos, ni dejarnos vencer por el mal, menos aún justificarlo”.

El cardenal Francisco Robles consideró que, “así como hemos creado un ámbito de instituciones creíbles en el contexto electoral, estamos llamados ahora a levantar una gran reforma política que asegure instituciones de gobierno más estables y creativas frente a los desafíos del mundo, renovando la vida partidista, la valiosa interacción con la sociedad civil, el empresariado, el mundo del trabajo, así como la vida académica y cultural, siendo corresponsables e incluyentes”.

También les reiteró el que “las campañas serán interesantes y útiles si son ricas en ideas, y no en el dispendio excesivo de recursos económicos. Creemos que pueden ser el gran campanario para llamar a todos a cumplir su misión histórica más allá de egoísmos, intereses propios, de visiones reducidas o fragmentadas de la realidad. No es tampoco el momento de crear mundos ilusorios, que quizá con el tiempo puedan generar mayor frustración social”.

Aquí el discurso completo: