Víctimas de abuso sexual del legionario de cristo Fernando Martínez Suárez presentaron al Vaticano una denuncia canónica y en los próximos días entregarán otra a la Fiscalía General de Quintana Roo contra el religioso.
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En conferencia de prensa, Belén Márquez, de 34 años, y Biani López Antúnez, acompañadas de sus abogados David Peña y Micheel Salas , así como del activista Jesús Romero Colín, rechazaron el informe difundido el pasado viernes por los Legionarios de Cristo, en el que se menciona que el sacerdote Fernando Martínez abusó sexualmente de niñas y niños desde 1969.
La investigación fue realizada por la agencia estadunidense Praesidium Inc, contratada por la congregación después de que la conductora y cantante Ana Lucía Salazar difundió en la página de Facebook Legioleaks que el sacerdote había abusado de ella entre 1991 y 1992, cuando tenía ocho años y estaba en el Instituto Cumbres en Cancún.
Los Legionarios de Cristo reconocen la responsabilidad de Martínez Suárez, pero no la participación de quien lo encubrió, el religioso Eloy Bedia, director territorial en ese tiempo y quien se reunió con los padres de las agredidas, así como la maestra Aurora González, responsable de la disciplina del instituto y de la clase de moral, quien las sacaba del salón y las llevaba a la capilla donde Fernando Martínez abusaba de ellas.
También informaron que acudieron a la Conferencia del Episcopado Mexicano para que las apoyara en la denuncia contra el sacerdote y se designó al abogado canonista Pedro Pablo González para que las asesorara.
Al ofrecer su testimonio por primera vez públicamente, Belén Márquez señaló que fue víctima del sacerdote a la edad de seis años. Y consideró que al informe le hace falta “un poco más de verdad”, pues se “refugian” detrás del fundador Marcial Maciel y del ex director de la legión Álvaro Corcuera, quienes ya fallecieron.
El legionario Eloy Bedia, dijo, “es el encubridor principal” y actualmente ocupa el tercer lugar en la lista de los más votados y ha sido designado representante del Capítulo General de la congregación que se realizará en enero de 2020 en Roma.
La otra sobreviviente Biani López Antúnez relató que Fernando Martínez abusó de ella cuando tenía ocho años y denunció que la maestra Aurora González era la persona que la sacaba de sus clases para llevarla con el sacerdote “con conocimiento de lo que les hacía”.
“Estoy aquí para evitar que esto siga pasando y para exigir justicia en este caso porque no tiene que prescribir y no tienen que refugiarse en que el padre Fernando Martínez tiene 82 años. El daño que nos hizo sigue presente hoy y debe responder”, afirmó.
Relató que los abusos fueron “graduales, continuados y no solamente abusó de mí, sino que también fui obligada a ser testigo de los abusos que cometía contra otras niñas”.
Con la voz entrecortada mencionó: “Los daños que eso ha causado en mí han sido permanentes. Hasta el día de hoy sigo sufriendo las secuelas y apenas soy capaz de hablar, de dar mi cara, mi nombre y de alzar la voz contra estos abusos que truncaron mi infancia y destruyeron una gran parte de mi vida”.
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Opinó que la investigación de Praesidium “fue deficiente y es una disculpa a medias que no nos sirve para absolutamente nada más que para revictimizarnos”.
Además, indicó que esa agencia la contactó, pero al solicitarle garantías no la volvieron a contactar para conocer su testimonio.
