mplia convocatoria, Carlos Aguiar durante su homilía en la Basílica de Guadalupe, en medio de los jerarcas católicos asistentes.

Ceremonias en la Catedral y la Basílica de Guadalupe

En su primer mensaje como Arzobispo Primado de la Arquidiócesis de México, Carlos Aguiar Retes llamó a la reconciliación entre los mexicanos y a afrontar los retos actuales para reconstruir el estilo de vida de nuestra sociedad.

En sus mensajes en la Catedral Metropolitana y en la Basílica de Guadalupe, Aguiar Retes marcó el rumbo que seguirá para guiar a sus fieles en la segunda diócesis más grande del mundo, de casi ocho millones de católicos.

Con palabras como reconciliación, justicia, paz, equidad social, libertad religiosa, derechos humanos, además de un llamado a la organización social para el bien común, el arzobispo primado colocó en primer plano la Misión Continental de la evangelización, tal como lo marcó el papa Francisco.

Juntos, Norberto Rivera, ex arzobispo primado; Carlos Aguiar Retes y Franco Coppola, nuncio apostólico, durante la celebración de la ceremonia en la Catedral

En la Catedral Metropolitana, tras la profesión de fe y el juramento de fidelidad, Aguiar Retes, de 68 años de edad, dijo que eligió el 5 de febrero para su toma de posesión porque es el día en que se celebra a San Felipe de Jesús, el primer santo mexicano, así como el aniversario de la Constitución.

La festividad por nuestra Constitución “me permite poner en práctica, para bien de nuestra sociedad, los derechos humanos universales, y en especial uno de ellos, la libertad de religión o libertad religiosa, que implica la posibilidad de interactuar como Iglesias con todas las instituciones oficiales y privadas para buscar el bien de nuestra sociedad… La convicción religiosa o de la fe motiva y orienta la conducta personal del ciudadano, que lo lleva a organizarse con otros para un bien social, y la Constitución establece el marco legal indispensable para la conducta social”, puntualizó.

En la Catedral Metropolitana, reconoció que “nuestros problemas y conflictos como sociedad han crecido y el factor de la globalización los ha vuelto más complejos; sin embargo, la buena voluntad y la disposición de generar los proyectos para superarlos harán viables los caminos de reconciliación y justicia que nos conduzcan a la anhelada equidad social, y tengan como fruto la paz y la seguridad, para crear un marco de libertad que permita desarrollar las habilidades y capacidades de los ciudadanos, y así lograr vida digna para todos”.

En cuanto al impacto de nuestra megalópolis, Aguiar Retes dijo que “la capital del país es el principal modelo y polo de desarrollo y transformación social y cultural. Aquí tienen sede los poderes federales y los medios de comunicación social masiva que determinan las grandes decisiones del país. Lo que sucede aquí repercute en el resto de la nación, y lo que sucede en la provincia, para ser tenido en cuenta, necesita, la mayoría de las veces, ser manifestado en la capital”.

Palabras de bienvenida

Al dar la bienvenida a su sucesor, el cardenal Norberto Rivera Carrera aseguró que la Arquidiócesis de México ha sido “valiente al defender a la familia, el derecho de los no nacidos, el matrimonio natural y se ha enfrentado a una mentalidad mundana que quiere imponerse como una dictadura del relativismo y la inmoralidad; también ha ejercido un profetismo social, denunciando atropellos, abusos, corrupción y violencia de grupos y estructuras muy variadas que quisieran una Iglesia muda y sumisa, pero que han encontrado en ella a una defensora de la justicia y de la paz”.

Los laicos y religiosos presentes también le dieron la bienvenida al nuevo arzobispo y le manifestaron su disposición a colaborar en su proyecto pastoral, el cual coincide en todo con el del papa Francisco.

Reconocieron que la Ciudad de México representa un enorme desafío por su complejidad: “Percibimos que falta mucho por edificar, pero confiamos en que su sabiduría, inteligencia y experiencia nos guiará a renovar e impulsar aún más lo que ya se ha construido en favor de la evangelización, bajo un modelo de Iglesia participativo”.

Basílica de Guadalupe

Con el báculo que lo identifica como pastor de la feligresía capitalina, Aguiar Retes comienza su labor en el arzobispado.

Al concluir la profesión de fe y el juramento de fidelidad en la Catedral, el cardenal se trasladó a la Basílica de Guadalupe para celebrar su misa como sucesor de fray Juan de Zumárraga y custodio de la imagen de la Virgen de Guadalupe. Ahí fue recibido por el cabildo guadalupano y el rector de ese santuario, Enrique Glennie Graue, le entregó un Cristo. La primera acción de Aguiar Retes fue orar ante la imagen de la Guadalupana.

Durante la celebración eucarística, presidida por el nuncio apostólico Franco Coppola, el arzobispo primado dijo en su homilía que “nos abruman situaciones que violentan la justicia y la paz”, por lo que hizo un llamado a la reconciliación.

“Las agresiones denigran nuestra condición de hermanos y fomentan una vida de confrontación, discriminación y menosprecio a la dignidad humana, y conducen a la angustia, la tragedia y la muerte”, señaló. Desde el altar del Santuario Guadalupano, llamó a los fieles a “afrontar los retos de nuestro tiempo y reconstruir el estilo de vida de nuestra sociedad”.

Recordó el mensaje del papa Francisco, pronunciado en su visita a México de 2016: “Sean capaces de contribuir a la unidad de su pueblo, favorecer la reconciliación de sus diferencias y la integración de sus diversidades”.

Destacó que “hoy más que antes, nos necesitamos para, a partir de la fe, de esta mirada de trascendencia y convicción de la eternidad, reconstruir el estilo de vida de nuestra sociedad, entregarnos generosamente y replantearnos, como generación del siglo XXI, el aporte y los proyectos pastorales y sociales que necesitamos realizar para dejar a las nuevas generaciones una ciudad humanizada y humanizante”.

Pidió a los presentes “que me encomienden a Dios, nuestro Padre, para que, siguiendo al Señor Jesús, me acompañe el Espíritu Santo, en el ejercicio de mi ministerio episcopal que hoy inicio en esta Arquidiócesis”.

A las ceremonias de bienvenida asistieron todos los miembros de la Conferencia del Episcopado Mexicano, sacerdotes y monjas de distintas congregaciones, así como familiares, amigos, representantes del gobierno federal, del Congreso, gobernadores, empresarios y miles de fieles de las diócesis en las que ha realizado su ministerio pastoral: Tepic, Texcoco y Tlalnepantla.

El 5 de febrero de 2018 se inició una nueva era en el Arzobispado Primado de México. El cardenal Aguiar tiene enormes retos, para grandes cambios… ¡Que le vaya bien!

Bula papal:

Francisco Obispo, Siervo de los Siervos de Dios.

A nuestro Venerable hermano Carlos Aguiar Retes, Cardenal de la Santa Romana Iglesia, hasta ahora Arzobispo de Tlalnepantla, nombrado Arzobispo de la Sede Metropolitana de México, salud y bendición apostólica.

Teniendo frecuentemente en nuestro ánimo y ante nuestra mirada la numerosa multitud de fieles de la Iglesia en México, en todo momento hemos querido poner a su alcance las providencias que consideramos de beneficio espiritual para la misma comunidad.

Así, dado que Nuestro Venerable Hermano Norberto Rivera Carrera, Cardenal de la Santa Romana Iglesia, ha concluido su mandato, hemos prudentemente pensado en elegir a alguien que le suceda en el cargo y ayude a hacer frente a los diversos actuales desafíos.

Y Tú, Hermano Nuestro revestido de la dignidad cardenalicia, habiendo desempeñado con solicitud y entusiasmo tu misión de pastor, nos has parecido idóneo para acoger y gobernar ese rebaño.

Por consiguiente, escuchado el parecer de la Congregación para los Obispos, haciendo uso de Nuestra autoridad, liberándote del vínculo con la Iglesia de Tlalnepantla te constituimos Arzobispo Metropolitano de la Sede de MÉXICO, con todos los derechos y obligaciones inherentes a tal Oficio y en conformidad con las disposiciones de los sagrados cánones.

Darás a conocer ésta tu elección, al clero y al pueblo fiel, a quienes amablemente exhortamos a que te acepten de buena voluntad como maestro y guía.

Por otra parte, Venerable Hermano, que como cardenal colaboras con nosotros, cuando llegues a esa comunidad eclesial pide con insistencia las luces sobrenaturales y las ayudas necesarias implorando, al mismo tiempo, con toda confianza, el auxilio de la Virgen María de Guadalupe, para que, contando con el apoyo de los obispos auxiliares, puedas prudentemente enseñar y regir con fruto a los fieles.

Dado en Roma, junto a San Pedro, el día 7 de diciembre del año del Señor dos mil diecisiete, quinto de nuestro pontificado.

Papa Francisco