La noche de domingo 11 de agosto y después de varias semanas de padecer un deterioro en su salud, por afecciones propias de su edad, dejó de existir el eminentísimo arzobispo de Xalapa, don Sergio Obeso Rivera.

A las 21:11 horas la Arquidiócesis de Xalapa informó de su fallecimiento, ocurrido minutos antes: 20:40 horas.

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La noticia de viralizó en las redes sociales. Emití un tuit lamentando el deceso:

Todo tiene su tiempo…

Las reacciones fueron de inmediato, sobre todo de sus hermanos en Cristo.

“Fue una persona admirable en todo sentido. Tuvimos el privilegio de ser guiados por él, siempre escuchamos con mucha atención su consejo y sus orientaciones”, dijo el arzobispo de Xalapa, Hipólito Reyes Larios.

El Primado de México, Carlos Aguiar Retes, reconoció el servicio que prestó Obeso a la Iglesia mexicana. “Encomiendo con gratitud a Dios Padre a mi hermano el cardenal Sergio Obeso Rivera, quien sirvió fielmente a la Iglesia, como buen pastor. Descanse en paz”, señaló.

La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) lamentó “con gran tristeza y pesar” el fallecimiento del arzobispo”. En un comunicado de prensa indicó que “nuestro hermano en el Episcopado, el cardenal Sergio, tenía 86 años de edad, 48 años de ministerio episcopal y 65 en el sacerdotal”.

“Reconocemos su entrega generosa a la Iglesia que peregrina en nuestro país, especialmente la gran labor de coordinación y responsabilidad principal que desempeñó como presidente de nuestra Conferencia Episcopal durante tres periodos”.

https://twitter.com/IglesiaMexico/status/1160967867170467841?s=20

Ante la noticia el Papa Francisco envió un mensaje en el que manifestó su profundo pésame: “Ruego por el eterno descanso de su alma, que el Señor Jesús le otorgue la corona de gloria que no se marchita.

“Expreso a vuestra excelencia mi sentimiento de pesar, rogando que tenga la bondad de transmitirlo también a los familiares del difunto prelado y a cuantos forman parte de esa Arquidiócesis.

“Recordando a este abnegado pastor que, durante años y con fidelidad, entregó su vida al servicio de Dios y de la Iglesia, ruego por el eterno descanso de su alma, que el Señor Jesús le otorgue la corona de gloria que no se marchita. A todos imparto la Bendición apostólica”.

Sus restos fueron velados en la Catedral de Xalapa, donde fue sepultado.

Asistieron miles de fieles al sepelio, entre ellos el ex gobernador Miguel Ángel Yunes Linares y algunos de los familiares del cardenal como Antonio Chedraui Obeso, David Velasco Aldave, Estela Chedraui Obeso, Manuel Fernández Ávila, David Velasco Chedraui, Fernando Benítez Obeso e Irma Chedraui.

La misa exequial ocurrió a las 12 horas del martes 13 de agosto.

“Que por la misericordia de Dios, el alma de nuestro querido cardenal Sergio Obeso Rivera descanse en paz. Que el Señor aumente en nosotros su gracia y nos conceda por intercesión de Santa María de Guadalupe, San Rafael Guízar Valencia y el beato Darío Acosta Zurita cumplir con alegría su santa voluntad. Que a todos nos conceda el consuelo de la fe”, expresó el arzobispo actual de Xalapa, Hipólito Reyes.

Indicó que el cardenal Obeso “fue sobre todo un testigo elocuente de la fe. De esta experiencia religiosa se desprendía también su profunda visión de la vida y sus grandes virtudes. El contacto con la Sagrada Eucaristía y con la Palabra de Dios despertaban en él todo tipo de virtudes: piedad, caridad pastoral, dedicación, respeto, claridad, solidez, firmeza y transparencia entre otras”.

El arzobispo recordó que fue un pastor cercano con las personas de bajos recursos y que por eso muchas veces recorrió las comunidades rurales y los pueblos de la sierra del estado de Veracruz con una gran disposición y caridad pastoral.

“Don Sergio nos enseñó con su ministerio y testimonio de vida que la verdadera fe no se puede encerrar solo en la sacristía”, destacó.

Agregó que Obeso “nos enseñó con el testimonio de su vida que se puede y debe servir a los pobres sin asumir posturas radicales y sin demagogias. Se puede servir a los más desprotegidos y ser testigos en el mundo sin renunciar a los valores cristianos ni perder nuestra pertenencia a Cristo. El cardenal Sergio Obeso le sirvió al mundo porque tenía una gran pertenencia a Cristo”.

Las exequias contaron con la presencia de 300 presbíteros concelebrantes, además de muchos prelados, entre otros Norberto Rivera Carrera, primado emérito de México; Gonzalo Alonso Calzada, obispo de Tehuacán; Mario de Gasperín, obispo emérito de Querétaro; Eduardo Cervantes Merino, de Orizaba; Ramón Calderón Batres, emérito de Linares; Lorenzo Cárdenas Aregullin, de Orizaba y Luis Felipe Gallardo Martín del Campo, emérito de Veracruz.

Al servicio religioso no asistió el gobernador de Veracruz, quien envió un representante de tercer nivel.

Descanse en paz.

¿Quién fue don Sergio Obeso Rivera?

Originario de Xalapa, donde nació el 31 de octubre de 1931…

Hijo de Emilio Obeso, originario de Asturias, España, y Estela Rivera, nativa de Las Vigas, Veracruz.

Al terminar su instrucción primaria fue admitido en el seminario el 23 de enero de 1944.

Al concluir los estudios de Humanidades fue enviado a la ciudad de Roma para cursar Filosofía y Teología en la Universidad Gregoriana, como alumno del Pontificio Colegio Pío Latino Americano. Terminó la Licenciatura en Filosofía y obtuvo el Doctorado en Teología.
Fue ordenado sacerdote en Roma el 31 de octubre de 1954…

Regresó a México para dar sus servicios en el Seminario de Xalapa; estuvo allí hasta 1971, fungiendo primero como prefecto de filosofía, después como director espiritual y rector.

Durante ese tiempo se desempeñó como Capellán del Convento de las entonces Monjas Capuchinas del Santísimo Sacramento, ahora Misioneras Eucarísticas Franciscanas.

El 30 de abril de 1971 el papa Pablo VI lo designó obispo de Papantla, donde permaneció tres años…

De ahí fue nombrado obispo coadjutor de la Arquidiócesis de Xalapa; en marzo de 1979, asumió el puesto en sustitución de Emilio Abascal Salmerón.

Fue nombrado presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) para el periodo 1983-1985 y reelecto de 1985 a 1988. Años más tarde, en 1995, volvió a ocupar ese puesto, que mantuvo hasta 1997.

En ese lapso de dirigente de los obispos del país se destacaron sus buenos oficios, “sobre todo en algunos episodios significativos de la historia de nuestro país, participando en las negociaciones de paz y reconciliación de los Acuerdos de San Andrés, en los esfuerzos de restablecimiento de las relaciones entre el Estado Mexicano y la Santa Sede al promover la ley reglamentaria del artículo 130 constitucional”, como dijo la CEM.

El 10 de abril de 2007 el Papa Benedicto XVI le aceptó su renuncia al puesto de arzobispo cuando apenas había cumplido los 75 años; lo sucedió Hipólito Reyes Larios, arzobispo actual. Justo un año después —el 10 de abril— murió el cardenal Ernesto Corripio Ahumada (1919-2008).

Monseñor Obeso fue un hombre de iglesias, de fe y, sobre todo, prudente. Supo llevarse bien con los gobernantes, fue muy firme en sus decisiones. Le ayudó mucho la cercanía con el cardenal Corripio, ambos participaron en las negociaciones de paz de los Acuerdos de San Andrés en Chiapas y en las reformas constitucionales que hicieron posible el reconocimiento de las Iglesias.

Don Sergio fue un gran  impulsor de la causa de canonización de San Rafael Guízar y Valencia.

En 2012 la Universidad Pontificia de México le otorgó el doctorado honoris causa por su servicio, obra y magisterio.

Después Monseñor Obeso se retiro de los reflectores y quedó en el olvido, hasta que a la edad de 86 años fue creado cardenal por el Papa Francisco en el consistorio del 28 de junio de 2018.

¡Fue una agradable sorpresa para el prelado mexicano! Me dicen que lloró de felicidad..

El Papa jesuita lo premió en el ocaso de su vida. Era una deuda pendiente, sólo Jorge Mario Bergoglio supo las razones de su decisión. Fue cardenal apenas un año.

Confieso que me dio enorme gusto verlo feliz cuando recibió el capelo, incluso le di retuit a un mensaje de vaticanista Andrés Beltramo:

Con la entrega del birrete a monseñor Obeso nuestro país tuvo a siete cardenales, a saber: Carlos Aguiar Retes, Alberto Suárez Inda, José Francisco Robles Ortega, Norberto Rivera Carrera, Juan Sandoval Íñiguez y Javier Lozano Barragán.

Ahora quedan seis, pero sólo tres son menores de 80 años y pudieran participar en un futuro cónclave…