El tribunal del Vaticano sentenció el pasado jueves 21 de enero, al exjefe del Instituto de Obras de la Religión (IOR) Angelo Caloia, a ocho y 11 meses de prisión y una multa de 12. mil euros, por los delitos de lavado de dinero y malversación de fondos agravada…

El alto tribunal que inicio el caso en 2018 por instrucciones del papa Francisco, también condenó con cárcel y multas al abogado Gabriele Liuzzo de 97 años de edad y al hijo de éste de nombre Lamberto  quienes eran consultores del IOR, y cometieron graves faltas a la institución.

Los tres condenados tienen prohibido ejercer cargos públicos a perpetuidad, según un comunicado de prensa del Vaticano y se ha dispuesto la confiscación de 38 millones de euros de sus cuentas personales.

¿De qué se les acusa?

Malversar millones de euros obtenidos por la venta de bienes raíces de la Santa Sede, ubicados en Roma, Milán y en Génova.

Los sospechosos presuntamente vendieron 29 propiedades en Roma y otras ciudades a precios por debajo de su valorr a compañías en el extranjero que luego las revendieron a valor de mercado, y se embolsaron la diferencia.

Peritos judiciales calcularon que el banco perdió aproximadamente 34 millones de euros en potenciales ingresos debido a la venta por debajo del valor y los culpables obtuvieron 19 millones de euros, informó la oficina de prensa del Vaticano.

En el comunicado de prensa se señala que “según la acusación, basada principalmente en las investigaciones realizadas en 2014 por el Grupo Promontory, Caloia y Liuzzo, de acuerdo con el entonces director general del IOR, Lelio Scaletti, posteriormente fallecido”, los condenados “habrían vendido entre 2002 y 2007 los inmuebles a un precio muy inferior al valor de mercado”.

Tras la venta, “se habrían apropiado de la diferencia, estimada en unos 59 millones de euros, que en parte blanquearían en Suiza, también con la ayuda del hijo de Liuzzo, Lamberto Liuzzo”.

Recordemos que Lelio Scaletti implicado en la estafa murió durante la investigación penal….

Los acusados se declararon inocentes e intentaron convocar como testigos a ex secretarios de Estado del Vaticano y a cardenales que fungieron como integrantes del comité supervisor del IOR con la intención de demostrar que estaban al tanto de las ventas y las aprobaban.

Angelo Caloia quien tiene hoy 81 años presidió el IOR durante 20 años, entre 1989 y hasta el 23 de septiembre de 2009, – en tiempos de Juan Pablo II y Benedicto XVI-, y se convierte en el funcionario del Vaticano de más alto rango en ser condenado por un delito financiero.

Caolia fue sustituido por Ettore Gotti Tedeschi.

Caolia difícilmente irá a la cárcel porque se trata de una condena de primera instancia, que será apelada; nninguno de los tres condenados estuvo presente durante la lectura de la sentencia.

El juicio fue presidido por Giuseppe Pignatone,  y durante la audiencia, el promotor de Justicia del Vaticano, Gian Piero Milano, destacó que el juicio fue llevado en forma “muy profunda y rigurosa de parte de todos”. 

El otro asunto que viene para ese tribunal es del ex cardenal, Giovanni Angelo Becciu, destituido del cargo de Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, el pasado jueves 24 de septiembre.

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¿Qué es el Instituto para las Obras de Religión (IOR)?

Es una institución de la Iglesia católica con personalidad jurídica propia.

Conocido comúnmente como el Banco del Vaticano, en otros tiempos se le denominó el Banco del Papa; nada que ver.

Sus orígenes se remontan a la Comisión de Causas Pías, fundada en 1887 por el Papa León XIII, pero tal como se le conoce fue fundado por el Papa Pío XII en 1942 con el propósito de conservar y administrar los bienes confiados al instituto por personas físicas o jurídicas que tengan por objetivo actividades religiosas o caritativas.

Entre otras funciones, permite a la Santa Sede administrar sus recursos y sirve para financiar a las iglesias con mayores necesidades económicas situadas en los países más pobres.

El IOR fue reformado en 1989 por Juan Pablo II debido a los escándalos ocurridos en la crisis del Banco Ambrosiano. El director del instituto entonces era monseñor Paul Casimir Marcinkus, quien manejó durante casi 20 años -desde 1972 hasta su retirada en 1989- la institución, lo que permitió una gran libertad de movimientos.

En 2010, Benedicto XVI promulgó una nueva ley para prevenir el lavado de dinero y una de sus últimas decisiones antes de renunciar al papado fue la del nombramiento del abogado alemán Ernst von Freyberg, perteneciente a la Orden de Malta, como director de la entidad.

En noviembre de 2015, el Papa Francisco nombró a Gian Franco Mammì como director de la entidad, reemplazando a Jean-Baptiste de Franssu, quien la presidía desde julio de 2014.

La dirección del IOR es la responsable de toda la actividad operativa de la entidad, gobernada también por una comisión cardenalicia, un prelado que sigue su gestión, un colegio de revisores y un consejo de vigilancia.

El 1 de octubre de 2013, bajo el papado de Francisco el instituto hizo público su informe anual por primera vez en su historia. En él se detalla un beneficio neto de 86.6 millones de euros en 2012; cantidad que permitió al IOR aportar una contribución de 54.7 millones de euros al presupuesto de la Santa Sede.

Cada año hacen un balance de su situación financiera…