Con el asesinato del padre Miguel Gerardo Flores Hernández se han registrado seis asesinatos de sacerdotes en lo que va de 2018, con lo que se convierte así en un “año sangriento para miembros de la Iglesia en México”, afirmó el Centro Católico Multimedial (CCM).

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Destacó que por nueve años consecutivos, el país es uno de los lugares más peligrosos en el mundo para ejercer el sacerdocio.

Por desgracia los eventos de violencia también se han registrado en dos ataques con explosivos en la diócesis de Matamoros el pasado mes de marzo: uno en su catedral y otro en el templo de Nuestra Señora del Refugio; en estos eventos no hubo víctimas que lamentar.

Además, se suman las cientos de amenazas y extorsiones a sacerdotes, religiosos y obispos, que “son un triste panorama que indican que las cosas en este 2018 están lejos de mejorar”, reprochó el CCM.

Las primeras cinco entidades con el mayor número de homicidios contra sacerdotes y agentes de evangelización, de acuerdo son el CCM, son: Ciudad de México (10 casos), Guerrero (10), Veracruz (8), Chihuahua (7) y Michoacán (6).

Los sacerdotes asesinatos este año son:

  • Germaín Muñiz García e Iván Añorve Jiménez fueron acribillados y asesinados en la carretera Iguala-Taxco, la madrugada del 4 de febrero. En un primer momento la fiscalía de Guerreo mencionó que los sacerdotes tenían nexos con el crimen organizado y que ello podría ser el móvil del asesinato. A los pocos días, la misma fiscalía se desdijo. El gobernador Héctor Astudillo, después de un encuentro con el obispo de Chilpancingo, Salvador Rangel, aseguró que indagarían los homicidios. Hasta la fecha, no hay responsables por los hechos. El proceso sigue abierto.

  • Rubén Alcántara Díaz, de 50 años y quien fuera Vicario Judicial de la Diócesis de Izcalli y Rector de la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, en el municipio de Cuatiltlán Izcalli, Estado de México, fue asesinado, con arma blanca al interior de su parroquia por, dos individuos el 18 de abril.

  • Juan Miguel Contreras García se desempañaba como Vicario en la Parroquia de San Pio de Pietrelcina, en Haciendas Santa Fe, municipio de Tlajomulco de Zúñiga, Jalisco, en donde fue privado de su vida por dos individuos, quienes los ejecutaron con tres tiros de arma de fuego el viernes 20 de abril a las 6.30 de la tarde.
  • Reyes, del clero de la Arquidiócesis Primada de México, y quien prestaba su ministerio en la Insigne y Nacional Basílica de Guadalupe. De acuerdo con las primeras versiones, el presbítero fue secuestrado el 3 de abril en Cuernavaca, Morelos, cuando descansaba por motivos de salud. Sin embargo, y a pesar de haberse pagado el rescate, se dice que el padre José Moisés no resistió su captura y el miércoles 25 de abril fue hallado su cuerpo sin vida.
  • Miguel Gerardo Flores Hernández. El sábado 25 de agosto llegó a su fin la búsqueda emprendida para localizar al sacerdote, quien el 18 de agosto desapareció sin rastro alguno. El cuerpo del padre fue localizado en un predio del municipio de Múgica, Michoacán. Hasta el momento se desconocen las causas de su asesinato.