Cristóbal Ascencio García, obispo de Apatzingán, denunció el clima de violencia que azota a su diócesis. Asesinatos, amenazas y robos han provocado desplazamientos de comunidades, aseguró.

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Afirmó “que estos delitos y pecados, que claman al cielo y no son escuchados con frecuencia por quienes deberían procurar seguridad, deben ser denunciados”.
En su mensaje “La máquina destructora de la paz sigue actuando” destacó que la comunidad de San José de Chila, municipio de Apatzingán, fue víctima de violentos enfrentamientos entre grupos del crimen organizado.

Una de las consecuencias lamentables que causó más indignación fue que las instalaciones del templo y la casa parroquial fueron escenario del enfrentamiento de estos grupos contrarios, dejando las huellas de la violencia en todo el edificio de dicha parroquia, además del saqueo del que fue objeto, estos acontecimientos se verificaron el día 19 de marzo del 2019, agregó.

Desde ese día, señaló el obispo, “la violencia no ha parado, siguen los enfrentamientos en diferentes comunidades, causando pánico y haciendo que muchos de los habitantes se conviertan en desplazados, algunas de estas pequeñas comunidades se han quedado prácticamente sin familias; dentro de un mismo municipio las personas no pueden ir de una comunidad a otra, hay robo de vehículos con violencia, asesinatos, amenazas y hasta quema de viviendas”.

El obispo Ascencio García llamó a las autoridades, que “tienen como tarea primordial procurar las condiciones de seguridad, a poner todo el empeño y los medios necesarios para que se vayan dando las condiciones de seguridad necesarias, donde estos acontecimientos no se repitan más”.

Exhortó a los ciudadanos a que “en el ámbito de su competencia hagamos todo lo necesario para contribuir al bien común de nuestra sociedad”.