Día de los Santos Inocentes
Día de los Santos Inocentes

El evangelio de San Mateo nos habla de que el sanguinario Herodes mandó matar a todos los niños menores de dos años en la comarca de Belén. Pero los estudiosos del evangelio de Mateo coinciden en que la matanza de los Inocentes, no pude ser un hecho histórico.

Resulta inexplicable por qué Herodes, un hombre tan cruel, aguardó dos años para realizar una matanza tan masiva, políticamente tan torpe. Lo que este relato y esta fiesta nos tiene que llevar a pensar es no en los niños que nunca mató Herodes, sino en los niños que ciertamente se matan en la actualidad. Como sabemos, el clamor de la Iglesia, por boca de sus obispos, se refiere al problema del aborto. Lo cual es cierto y es un problema muy serio. Todos sabemos que la misión de la Iglesia es defender a los seres más indefensos e inocentes. Aunque no todos sus miembros lo hacen.

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La patética actualidad de esta esta festividad está en que nos lleva a pensar en la violencia mortal que hoy se ejerce contra tantos niños en el mundo. Basta pensar en los “niños de la calle”, abandonados de toda protección y sin futuro; los “niños esclavos”, que se compran y se venden para trabajos forzados e inhumanos; los “niños soldados”, utilizados como carne de cañón en las guerras; los “niños vendidos” para el estremecedor comercio de órganos; los “niños prostituidos”, de los que se abusa sexualmente en prostíbulos inimaginables y también de los que abusan sus padres, sus educadores, personas sin conciencia y hasta sacerdotes y gentes con cargo en las instituciones religiosas. La matanza de los inocentes sigue adelante en la Historia de forma tan cruel como implacable.

Día de los Santos Inocentes
Día de los Santos Inocentes

Es verdad que mucha gente que se ve a sí misma como “gente normal” o incluso como “buena gente”, por eso mismo no se ve como responsable de las atrocidades que se hacen hoy contra cientos de miles de niños. Y eso es cierto. Pero no vendría mal caer en la cuenta de que el problema de la educación de los niños es muy delicado y muy complejo.

Por ejemplo, ¿por qué educamos a los niños de forma que, si se portan bien, les hacemos un regalo? Así los educamos a “portarse bien” con la intención de “conseguir una ganancia o un capricho”. Eso equivale a educar no en el sentido del deber, sino en la ambición del egoísmo.

Pero este recuerdo de los “inocentes” nos viene a decir otra cosa de enorme actualidad: ¿nos importan de verdad los “refugiados”, los que tienen que huir de sus países, de sus casas, de sus familias, de sus culturas para irse a países extraños y lejanos, sin papeles, sin derechos, sin seguridad ni futuro?

Día de los Santos Inocentes
Día de los Santos Inocentes

Esto es lo que nos cuenta la narración de los “inocentes”. Y esto es lo que nos dicen casi todos los días las “noticias” de los informativos de radio, tv y otros medios digitales. ¿Estamos seguros de que estamos haciendo lo que tendríamos que hacer ante los gobernantes del mundo en esta espantosa situación?

El papa Francisco no cesa de clamar en defensa de estas criaturas, que nuestra “vergüenza”, es la vergogna, que clamó el Papa en Lampedusa. Pero, por desgracia, a nosotros no se nos cae la cara de vergüenza.

Urge modificar la educación en todo su sentido amplio, porque urge modificar la cultura. Vivimos una cultura de la violencia y la muerte pero, como es sabido, solamente mediante una educación distinta podremos lograr una cultura distinta. Una cultura que nos humanice y haga posible un mundo distinto y mejor. De esta manera estaremos cumpliendo y haciendo la voluntad de Dios.

Tal vez nos preguntemos: ¿y yo qué puedo hacer? Con el solo hecho de tomar conciencia estás cumpliendo ya una misión.

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