Obispos mexicanos apoyan al gobierno “no intervención” en Venezuela

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Arzobispo Rogelio Cabrera presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano

La Conferencia del Episcopado Mexicano respaldó la decisión del gobierno mexicano de no intervención en el caso Venezuela y de ser intermediario para resolver el conflicto en ese país en, donde parte de sociedad venezolana y varios países desconocen al presidente Nicolás Maduro.

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En un mensaje, el arzobispo Rogelio Cabrera presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, señaló: “reconocemos la decisión que ha tomado el Presidente de México al manifestar que, conforme a la tradición histórica de nuestro País en política exterior, no nos debemos meter en asuntos de otros pueblos y otras naciones. Y de ofrecer el que, por medio de la Secretaría de Relaciones Exteriores, México pueda ser intermediario en las negociaciones de paz, sin mostrar injerencia en el conflicto”.

Video: mensaje del arzobispo Rogelio Cabrera presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano.

Y consideró que “será siempre en el respeto y en el diálogo cordial en donde se encontrarán soluciones viables para todo tipo de conflicto”.

Por eso reiteró la solidaridad de la iglesia católica y llamó a la reflexión, porque “no es en la opresión y el autoritarismo en donde se encuentra el desarrollo de un pueblo, sino en el respeto, la unidad y el esfuerzo en común”.

Cabrera López en su mensaje “Solidaridad en la Oración y la Fe” recordó que los obispos de Venezuela  hablan de “la situación dramática y de extrema gravedad que vive el pueblo, por el deterioro del respeto a los derechos y a la calidad de vida, sumado a la creciente pobreza y el no tener a quien acudir”.  Y añaden que  “la defensa de la libertad ha costado mucha sangre y muchos sufrimientos”.

Por lo que invitó a los fieles mexicanos a unirse en oración “por la restauración de la paz entre el querido pueblo venezolano, pidiendo a Dios se restablezca el respeto a los derechos universales y que a nadie se le niegue el alimento, el trabajo, la educación y los servicios primarios, especialmente en los sectores en donde la pobreza extrema provoca ansiedad y desafortunados actos que enlutan la vida de las familias”.