La entrevista que hizo enojar a Moscú

Cinco representantes de la revista jesuita America Media entrevistaron hace unos días al papa Francisco en su residencia de Santa Marta en el Vaticano, uno de ellos,  Gerard O’Connell, corresponsal en el Vaticano de EU hizo la pregunta incomoda sobre Ucrania, y la respuesta del Papa generó  enojo e incluso una protesta formal de Rusia…

Esta es la pregunta y las reacciones.:

 Gerard O’Connell: Santo Padre, sobre Ucrania: muchos en EU se sintieron confundidos por su aparente voluntad de no criticar directamente a Rusia por su agresión a Ucrania, prefiriendo, en cambio, hablar más en general de la necesidad de un fin a la guerra, de un fin de la actividad de los mercenarios, en lugar de los ataques rusos y el tráfico de armas. ¿Cómo puede explicar su posición sobre esta guerra a los ucranianos o a los norteamericanos y otros que apoyan a Ucrania?

Francisco:- Cuando hablo de Ucrania, hablo de pueblo mártir, de un pueblo martirizado. Si hay un pueblo martirizado hay alguien que lo martiriza. Cuando hablo de Ucrania, hablo de la crueldad porque tengo mucha información de la crueldad de las tropas que vienen. Generalmente los más crueles son quizás los pueblos que son de Rusia, pero no son de la tradición rusa, como los chechenos, los buryatis, etc. Ciertamente quien invade es el Estado ruso. Eso es muy claro. A veces trato de no especificar para no ofender y más bien condenar en general, aunque se sabe bien a quién estoy condenando.( a Vladimir Putin)  No es necesario que ponga el nombre y el apellido. El segundo día de la guerra fui a la embajada rusa, un gesto inusual porque un papa nunca va a una embajada. Y ahí le dije al embajador que le dijera a Putin que yo estaba dispuesto a viajar, a condición que me dejara una ventanita chiquita para negociar. Me contestó el canciller Lavrov, con mucha altura, una linda carta, donde comprendía que por el momento no era necesario. Con el presidente Zelensky hablé al teléfono tres veces. Y mi trabajo en general es recibir listas de presos, sean presos civiles o presos militares y hacerlas llegar al gobierno ruso. Y la respuesta fue siempre muy positiva. También pensé viajar, pero tomé la decisión: si viajo, voy a Moscú y a Kiev, a las dos, no a un solo lugar. Y nunca di la impresión de estar tapando la agresión.

Recibí acá, en esta sala, tres o cuatro veces a delegados de Ucrania, del gobierno. Y trabajamos juntos. ¿Por qué no lo nombró a Putin? Porque no era necesario, ya se sabía. Pero a veces la gente agarra un detallito y… Todos saben cuál es mi postura, con Putin o sin Putin, sin nombrarlo. Fueron varios cardenales a Ucrania: el cardenal Czerny fue dos veces, monseñor Gallagher, que es el encargado de los Estados, estuvo cuatro días en Ucrania y me llegó el relato de lo que vio; el cardenal Krajevsky viajó cuatro veces. Él va con su camioneta cargada de cosas y pasó toda la Semana Santa en Ucrania. O sea que la presencia de la Santa Sede con los cardenales es muy fuerte y estoy en contacto continuo con personas informadas. Y quisiera que mencionara que en estos días es el aniversario del Holodomor, el genocidio que Stalin hizo con los ucranianos (en 1932-33). Creo que eso conviene mencionarlo como un antecedente histórico de la lucha.

La postura de la Santa Sede es buscar la paz y buscar un entendimiento. Y la diplomacia de la Santa Sede se está moviendo en esa dirección y por supuesto siempre está dispuesta a una mediación.

Reacción de Rusia:

La primera en reaccionar había sido la vicecanciller rusa Maria Zajarova, quien dijo: “Esto ya no es rusofobia, sino perversión de la verdad de un nivel nunca visto”.

El embajador ruso ante la Santa Sede,  Alexander Avdeev,  dijo a la agencia Ria Novosti que le transmitió a la Santa Sede “la indignación” de Moscú por las palabras del Pontífice en esta entrevista, especialmente en lo relativo a la cruedad de las tropas rusas en Ucrania y de los buryatis y chechenos. “Expresé indignación por esas insinuaciones y subrayé que nada puede hacer vacilar la cohesión y la unidad del pueblo multinacional ruso”, afirmó el embajador.

El canciller ruso, Sergei Lavrov, se sumó a la voces críticas al papa Francisco, acusado de discriminar a las minorías étnicas de la Federación Rusa por haber mencionado especialmente a los chechenos y buriatos como responsables de las crueldades que se cometen en Ucrania.

En una conferencia de prensa, Lavrov tocó el asunto refiriéndose a la oferta de mediación del Vaticano: “Dice querer mediar, pero recientemente ha hecho declaraciones no cristianas sobre las crueldades cometidas especialmente por miembros de dos nacionalidades de Rusia, es decir, los chechenos y los buriatos”, dijo el canciller ruso, que fue más allá. “El Vaticano dijo que esto no se repetirá y que probablemente hubo un malentendido, pero esto no ayuda a aumentar la autoridad del Estado Pontificio”, acusó.

Pero como lo publica LA NACION -Elisabettha Pique-, más allá de la referencia a los chechenos y buriatos del Papa, todo el mundo sabe que lo que más molestó en Moscú fue que Francisco por primera vez dijo explícitamente que “quien invade es el Estado ruso”.

Y lo curioso fue que de repente no funcionaron la comunicación de la Santa Sede al parecer hubo un ataque cibernético., y el primero en acusar a hackers rusos de un ataque  fue el embajador de Ucrania ante la Santa Sede, Andrii Yurash.

En un tuit, el embajador ucraniano acusó a “terroristas” rusos de haber alcanzado y tornado inaccesibles varias páginas online de diferentes estructuras de la curia romana, en respuesta a las “importantes declaraciones del Papa”.

@AndriiYurash

“Los hackers una vez más demuestran el rostro verdadero de la política rusa, directamente definida por el Parlamento Europeo como terrorista”, denunció, adjuntando fotos de hackers rusos buscados por el FBI.

Pique recuerda que no es la primera vez que hay un ciberataque contra el Vaticano. En 2020, según detectó la empresa estadounidense Recorded Future, algunos hackers chinos lograron introducirse en el sistema informático vaticano con un malaware. El objetivo habría sido encontrar información en la Secretaría de Estado en momentos en que se estaban dando contactos entre Pekín y Roma para renovar el acuerdo sobre la designación de obispos. Aunque, como recordó La Repubblica, esas acusaciones fueron luego desmentidas por un vocero del gobierno chino.

Transcripción del texto en español, gracias a https://www.americamagazine.org