El Papa Francisco acudió por centesima vez a la Basílica de Santa María la Mayor este 2 de noviembre para encomendar a la Virgen Salus Populi Romani su viaje 39º Viaje Apostólico internacional que realizará al Reino de Bahréin, en el golfo Pérsico.
Esta visita apostólica se llevará a cabo del 3 al 6 de noviembre y visitará las ciudades de Manama y Awali. (programa anexo); el motivo del viaje es fortalecer el diálogo con el islam.
Se trata de la primera visita de un Papa a ese reino y lo primero que hará será visitar el Palacio real donde será recibido por el rey sunita Hamad bin Isa Al Jalifa.
Francisco se encontrará con los miembros del Consejo Musulmán de Ancianos en la mezquita del palacio real y mantendrá un encuentro ecuménico y la oración por la paz en la Catedral Nuestra Señora de Arabia.
Asimismo, clausurará el “Foro para el Diálogo: Oriente y Occidente para la Convivencia humana” y, se reunirá con el Gran Imán de al-Azhar, Ahmed Muhammad Ahmed el-Tayeb.
El “Foro” es una de las iniciativas con las que Baréin muestra su compromiso con la convivencia de todas las religiones, y el Papa aprovechará el espacio para hacer un nuevo llamado a la paz.
Bahrein, es un pequeño y rico reino formado por 33 islas entre Arabia Saudita, Qatar e Irán., y tiene apenas un millón y medio de habitantes. Y aunque el monarca es sunnita, la mayoría de habitantes es chiita. Hay en el país 80 mil católicos, la gran mayoría, como en el resto de la península arábiga, trabajadores extranjeros, sobre todo africanos y asiáticos.
“El viaje a Bahrein será también la ocasión para lanzar una señal a los países del área que viven una situación de conflicto o que, como Yemen, están siendo lacerados por una guerra civil”, explicó a Elisabetta Piqué de LA NACION, monseñor Paul Hinder, obispo capuchino suizo que es administrador apostólico del Vicariato de Arabia del Norte.
El viaje, comenta a LA NACION, el juez egipcio Mohamed Abdel Salam, exc onsejero del Gran Imán de Al Azhar y secretario general del Consejo Musulmán de Ancianos se da “en un momento de serios disturbios en el mundo, marcado por muchos conflictos y preocupación global por el futuro del planeta y la gente necesita ver a líderes religiosos que se juntan para hablar de temas que preocupan a todos y, sobre todo, para poner énfasis en la necesidad de mantener y construir la paz”.
¡Que le vaya bien al papa Francisco!
