En la columna El Cenote Sagrado del 22 de mayo de 2020: “No hay peor ciego que el que no quiere ver”; Ricardo Monreal, un político de verdad; Nos invaden los cubanos; El Covid y la atención espiritual
En la columna El Cenote Sagrado del 22 de mayo de 2020: “No hay peor ciego que el que no quiere ver”; Ricardo Monreal, un político de verdad; Nos invaden los cubanos; El Covid y la atención espiritual

“No hay peor ciego que el que no quiere ver”

Así reza el refrán popular y tiene una lógica indescriptible. La gente, el pueblo, la tropa… son sabios, los dirigentes políticos, sociales y religiosos, no. De eso no nos cabe la menor duda. Ayer hablábamos del tema de corrupción en México y su aumento en los últimos meses. Hoy, el Presidente de la 4T sale a decir, como siempre suele hacerlo que “él tiene otros datos”.  Con esa frase “hipnotiza”  a todos los “idiotas” que le creen y, que por cierto, no son pocos. No se puede tapar el sol con un dedo, también dice el refrán. Es decir, la realidad ahí está y nadie la puede ocultar. Es una pena que nuestros dirigentes nos quieran ver la cara y hacernos tontos con el tema de la corrupción y otros muchos temas que no viene al caso comentar ahora. Lo peor de todo esto, como decimos, es que la gente ve a AMLO, poco menos que un mesías salvador y en cualquier caso o crítica que se le haga, de inmediato salen sus “hordas” de bots atacando a  aquel que no comulga con las ideas del Tlatoani mayor. Esto no es digno de una verdadera democracia. Se asemeja más a un grupo de interés que solo mira para sí mismo, olvidándose de las mayorías. México no progresa porque sus dirigentes no saben escuchar y menos dialogar. El pueblo es sabio, como decimos, y tendrá su última palabra en las urnas. Ojalá reaccione y sepa discernir lo mejor para esta Nación.

Ricardo Monreal, un político de verdad

Ricardo Monreal no necesita “paleros”, su mismo actuar lo defiende. Algunos lo llaman el “bombero de la 4T”. No es para menos. El Senador, siempre tiene que salir a apagar los fuegos que sus compañeros de partido incendian. Fuegos que no son pocos en los últimos tiempos. Solo por enumerar algunos. La Cámara de Diputados ya hace tiempo presentaba la iniciativa de acabar con los Fideicomisos, claro que no actúan solos porque esta iniciativa, con seguridad, tuvo que ser avalada por Palacio Nacional. De inmediato, los que participan en dicho  Organismos se defendieron como “gato panza arriba”. No es para menos. Uno de estos fideicomisos es el Fonden. Fondo creado para desastres, como pueden ser terremotos o huracanes, etc. Desaparecer el Fonden significaría dejar a muchas familias en caso de desastre en la vulnerabilidad total. Los desastres están en el orden del día en nuestro país. El Gobierno con tal de allegarse recursos para sus proyectos estrella como el tren Maya, Dos Bocas o el aeropuerto de Santa Lucía, es capaz de revolver cada piedra para cumplir sus objetivos de tener dinero. Es ahí, donde Monreal tiene que salir y mediar para que las “aguas” no se desborden y causen más destrozos de los que estamos viendo en estos tiempos. No es el único caso. Sin subirlo a los “altares”, pero este Senador es un hombre sensato y pragmático. No nos cabe la menor duda,  sería un buen candidato para Presidente. Ojalá siga en este camino por el bien de México y de su pueblo.

Nos invaden los cubanos

Ya se había dicho en otro momento y los medios de comunicación lo habían anunciado que llegarían médicos cubanos a México para colaborar con las autoridades en la atención de pacientes contagiados de Covid-19. Parece que es un hecho ya. Según información pertinente, llegaron a Veracruz 108 médicos procedentes de Cuba para ayudar a las autoridades veracruzanas  a paliar la situación de dos mil cuatrocientos casos que se registran en la entidad con más de trescientas defunciones. Muchos se preguntan si solo vienen a utilizar sus conocimientos en bien la gente o también tienen otras misiones. Los “mal pensados”, de inmediato se trasladaron a Venezuela. Porque en aquel país, pasó otro tanto. Chávez y luego Maduro, con el argumento de que necesitaban galenos para atender las necesidades de la población, luego resultó que también tenían otras encomiendas, y no tan relacionadas con la medicina, sino más bien, relacionadas con un tipo de ideología que no hace falta reseñar en este espacio, porque de sobra es conocida. En México tenemos muchos médicos desempleados, claro que muchos, poco capacitados. Pero, ¿no sería esta la oportunidad de oro para hacerlo y darle a nuestros connacionales la oportunidad que las Instituciones de Salud no le otorgan? Es pregunta.

El Covid y la atención espiritual

Cada día se oyen más voces de la gente que pide, solicita y exige que se abran los templos para poder participar en los sacramentos. Concretamente en la misa, al menos dominical. Dicen que ya están hartos de las misas virtuales y las comuniones espirituales porque eso no les llega y es casi lo mismo que no estar. En cierto sentido tienen toda la razón. Las autoridades dicen que “todo a su tiempo”. Pero así nos podemos ir todo el mes de junio. La autoridad no considera como esencial lo religioso, lo espiritual. La gente vive en un estrés continuo después de más de dos meses de encierro. No es para menos. Necesita salir y recibir otro tipo de apoyos que las autoridades no les dan. Es cierto que hay que cumplir ciertas normas y medidas para poder abrir los templos. La Conferencia del Episcopado Mexicano ya emitió algunos. Sin embargo parece que no le  fue suficiente a las autoridades para que entran en la fase 1 de apertura controlada. En todo esto estamos viendo una discrecionalidad a conveniencia de la misma autoridad. No es justo ni lo mejor. Muchas de las normas que se establecieron para la apertura de establecimientos es una vil simulación. Por ejemplo, para entrar en una tienda no pueden pasar dos de la misma familia. Claro que si estos aparentan no ser familiares pueden pasar y luego dentro juntarse como si nada hubiera pasado. Eso se llama simulación. Claro está que la responsabilidad la tiene la persona. Pero si una familia vive, justo en familia, qué tiene que entren dos juntos a la compra. Volvemos a lo mismo. Somos simuladores y nos encanta. No aprendemos de la vida.