En la columna El Cenote Sagrado del 29 de mayo de 2020: AMLO, la ciencia y los científicos; Las giras de nuestro presidente; La confianza de los mexicanos; El Covid llega al clero de la Ciudad de México
En la columna El Cenote Sagrado del 29 de mayo de 2020: AMLO, la ciencia y los científicos; Las giras de nuestro presidente; La confianza de los mexicanos; El Covid llega al clero de la Ciudad de México

AMLO, la ciencia y los científicos

Es normal que el Primer mandatario de un país sea noticia en los medios. De no serlo, también daría de qué hablar. El nuestro, siempre será noticia porque con sus “mañaneras” acapara todas las planas de los medios impresos y digitales. Nuestro Presidente es un “sabio” en  el sentido antiguo del término. Los sabios eran aquellos hombres que en la antigüedad todo lo sabían, todo lo conocían y para todo tenían soluciones y recetes. Ahora, les tocó a la ciencia y los científicos.  Con motivo de este maléfico virus que nos azota por todos los costados  y con un declive más pendiente que un tobogán en la economía, pues llega la hora de hacer recortes. Recortes que no son pocos, 75% al gasto corriente es mucho y casi dejar en ascuas a las dependencias y organismos que dependen del presupuesto nacional. Nos dicen los expertos en economía que se trata de tener un ahorro de 622 mil millones de pesos con los que el Gobierno federal soportará sus programas esenciales. Y claro, AMLO pide comprensión, paciencia y solidaridad. Un gobierno, sea del color que sea y que no invierta en ciencia, está perdido. Porque los científicos que no puedan desarrollar sus investigaciones, buscarán salir a otros lugares donde sí les den cabida a sus proyectos. Es triste que algunos connacionales han salido de México y fueron reconocidos por su talento y sabiduría que le negaron en su patria. El desarrollo, la cultura y el bienestar de un país dependen de las investigaciones que se lleven a cabo “in situ”. La pobreza no se acaba dando dádivas a la gente, la pobreza disminuye apoyando y desarrollando proyectos sustentables para que la gente en situaciones de extrema pobreza desarrolle sus propias capacidades y salga adelante. Todo ello se hace a través del conocimiento y la ciencia. Nada se logrará con despensas y tarjetas de dinero que solo servirán para mantener una clientela cautiva a la hora de votar.

Las giras de nuestro presidente

Andrés Manuel no es para estar encerrado en Palacio. Su vida, su obra es de estar con la gente y en la calle. No es un hombre de oficina. Es más pragmático que intelectual. Con lo cual no quiere decir que no estudie, investigue o se documente. No es eso. De ahí que nos informen que la próxima semana quiera retomar sus giras “artísticas” por la República, comenzando por Yucatán para supervisar la obra monumental del “Tren Maya”. Dijo que lo iba a hacer con calma, “haciendo paradas y quedándose en el camino, hasta llegar a Cancún el domingo para estar temprano”. Hoy el “superestrella” de la Secretaría de Salud, el Sr. Hugo López-Gatell nos puso casi toda la República en el semáforo rojo por el Covid-19. ¿No es esto una imprudencia por parte del Presidente? Si el Primer ciudadano hace eso, ¿qué ejemplo está dando? ¿Para qué nos piden que nos guardemos en casa? Se predica con el ejemplo dice el dicho. Aquí no hay ejemplo que valga. Guardar la sana distancia y todas esas componendas que nos mandan hacer, de poco sirven cuando el Tlatoani mayor está haciendo todo lo contrario. Sr. Presidente, en bien del pueblo de México, Usted debería permanecer en su Palacio, aunque no le guste estar sentado en una silla y sí delante de un atril con público en frente. Primero la vida, luego lo demás. El Tren Maya y otras celebraciones pueden esperar mejores tiempos.

La confianza de los mexicanos

México por naturaleza es un país alegre, de confianza y de ver las cosas, aún las más complicadas con optimismo. Pero no siempre sucede esto. Las encuestas y datos del Banco de México y del mismo INEGI nos dan muestras de cierto pesimismo dentro de las familias mexicanas. ¿Y cómo no? Primero, escuchábamos y leíamos noticias de ultramar sobre la pandemia y pensamos que nunca nos llegaría a estos lugares. Luego llegó y, nos dijeron algunos políticos que no pasaría nada. Que todo era pasajero y que el calor y “mil recetas más” que todos daban, nos evitarían el contagio de tan temido virus. Pero, las cosas no sucedieron así. Ahora vemos que las muertes se multiplican. Los hornos crematorios no dan abasto para las incineraciones. Las redes sociales no nos dejan de bombardear con todo tipo de noticias que nos hacen estremecer y apanicar. Claro que, la confianza de la gente ha caído a mínimos. Por si fuera poco, el desempleo corre más que un tren de alta velocidad. No hay trabajo y el que ofrecen, pagan sueldos miserables. Cada vez más, vemos y escuchamos que la delincuencia se ha desatado como nunca antes lo habíamos visto. En fin, todo ello nos lleva a un pesimismo que nos deprime y no nos deja ver el futuro promisorio con el que todos soñamos. Pero no es el momento de lamentos y de hacernos las víctimas. Son tiempos donde la creatividad y el ingenio se deben desarrollar para no quedar en el hoyo donde dicen que hemos caído.

El Covid llega al clero de la Ciudad de México

Hasta ahora no habíamos escuchado que un cura o monja de esta Ciudad capital hubieran sido contagiados con el maléfico virus. Ayer si dio la primer muerte de un sacerdote religioso perteneciente a la Congregación de los Misioneros del Verbo Divino. El P. Rodolfo Rodríguez Reza, al cual conocemos  de tiempo atrás, partió a la Casa del Padre. Así le dicen los curas a alguien que muere. Pero las noticias no quedan ahí, poco a poco han salido casos y nos enteramos que otros sacerdotes también están, unos en cuarentena y otros hospitalizados. Alguno también entubado. Nadie se escapa a esta situación, ni curas ni monjas que también las hay contagiadas. A veces la irresponsabilidad, la confianza y el pensar que a mi no me va a tocar, como lo ha expresado nuestro Presidente de la 4T, nos lleva a caer en los tentáculos de la enfermedad. Hay que ser valientes, sí. Pero no temerarios y confiados demasiado, pensando que como dicen la gente a los curas y monjas: “usted que están cerca de Dios…” Cerca de Dios todos los que creemos en él. Sin embargo, siempre cuidándonos, porque dice el dicho: “cuídate, que Dios te cuidará”. Es decir, la responsabilidad es tuya, no le dejes a Dios lo que te toca hacer a ti.