En la columna El Cenote Sagrado del 31 de marzo de 2020: Emergencia nacional; La discriminación; Los saqueos en tiendas; Bendiciones por los aires
En la columna El Cenote Sagrado del 31 de marzo de 2020: Emergencia nacional; La discriminación; Los saqueos en tiendas; Bendiciones por los aires

Emergencia nacional

Finalmente declararon la ya tan esperada “emergencia nacional” por el tema de los contagios del coronavirus. Según cuentan los entendidos para declarar esta emergencia, hubo bastantes jaloneos. Y no es para menos. Como en todo, unos ven las cosas con optimismo y otros son más pesimistas. Entre lo optimistas tenemos a nuestro Presidente que proclama como altavoz de Iglesia –todo mundo oye, pero nadie escucha-, que el coronavirus no es tan grave como nos lo pintan y para más “inri” saluda y esparce besos a diestra y siniestra. ¿Quién los entiende? Lo cierto es que la OMS nos tiene apanicados y parece que persigue otros intereses pero no nos dice cuáles. Los gobiernos obedecen a regañadientes y si no lo hacen, seguro que sobre ellos caerán represalias. Sería una pena si esto sucediera. Las medidas que toma nuestro gobierno, no son malas, sobre todo aislar a las personas con mayor riesgo de contagiarse y propensos a perder la vida por los mismos achaques de la edad. Sin embargo, lo que sucede no deja de inquietarnos porque en México no tenemos test para aplicar a la población para saber si está infectada o no; carecemos de insumos suficientes en los hospitales para atender a mucho gente que se pueda enfermar al mismo tiempo y, por si fuera poco, los médicos y enfermeras, carecen de la protección  suficiente para protegerse de un posible contagio. En fin, todo ellos nos lleva a pensar que somos un país con muchas carencias y las políticas públicas no ayudan mucho a solucionarlas. Después  que pase todo esto, tendremos que aprender mucho porque esta pandemia del coronavirus será el ensayo de otros males que nos vendrán y si no estamos prevenidos, el desastre será peor.

La discriminación

Nos dicen que somos un país incluyente, es decir, que no discriminamos. Por todos lados aparecen carteles en las tiendas que dicen: “En este establecimiento no se discrimina…” Pues la verdad sea dicha que sí somos un país donde se discrimina y con mucha frecuencia. Discriminación que viene, ahora más que nunca del mismo gobierno, para ser más exactos, del mismísimo Presidente al catalogar a los mexicanos en dos categorías: los “fifís”, es decir, los “ricos”, según él o los que tienen un nivel económico y cultural alto y la otra clase, que la denomina: “chairos”, o sea, los “jodidos”, los pobres a los que hay que ayudar a costillas de los “fifís” que son los que pagan los impuestos, porque los “chairos” como son pobres, no pagan impuestos, fuera de los “ivas” en los productos que compran y que a veces, son productos que los mismos “fifís” ni se dan el lujo de tener. Pero eso es otro cuento. Nos referimos que ahora se viene dando un tipo de discriminación con esto del coronavirus. Si aparece un médico o una enfermera, corremos para la otra acera, o si se pide una servicio de transporte privado como Uber, el chofer al ver a la enfermera o al médico, lo cancela porque tiene miedo que lo pueda contagiar. ¿Hasta dónde nos han metido el miedo? ¿No es una estupidez llegar a estos extremos? De plano, la estamos regando. Es lo último que podíamos escuchar. Nos han dicho que todos nos vamos a contagiar de alguna manera, lo que pasa es que debemos evitar que suceda exponencialmente, es decir, un número incontrolable. Seamos sensatos y no veamos “fantasmas” donde no los hay.

Los saqueos en tiendas

Siempre hay “vivos” y están a las “vivas”. ¡Lo que nos faltaba! Resulta que ahora surgen grupos –por cierto, con mucha convocatoria en redes sociales-, para encontrarse y saquear tiendas de todo tipo. Ante una situación de emergencia como la que se está viviendo, surgen estos grupos como las esporas. De repente y aparecen y desaparecen, pero siempre haciendo maldades. Lo que más nos llama la atención que son jóvenes y lo que van a robar, no es comida, sino celulares y aparatos electrónicos que encuentran en el camino. Por si fuera poco, estos jóvenes que detienen, no paran ni un segundo en el Ministerio Público, prácticamente salen todos libres sin fianza y listos para delinquir de nuevo. ¡Es un atropello! ¡Qué sistema de justicia tan injusto! Así no podemos avanzar. Es lamentable que sucedan estas cosas, pero más lamentable que no se les castigue como se merecen.

Bendiciones por los aires

El otro día escuchábamos y veíamos como el arzobispo de Toluca desde un helicóptero daba la bendición con el Santísimo a la gente en la Arquidiócesis de Toluca. Parece que el arzobispo de Durango, no se quedó atrás y también lo treparon a una máquina para dar la bendición con el Santísimo. No sé qué tanto Mons. Faustino Armendáriz se pudo prestar a esto o lo presionaron. Es verdad que la oración y la fe de la gente es muy grande, pero también hay tener cuidado de no utilizar lo más sagrado para los católicos, como es la eucaristía, como si fuera un amuleto y que con ello se va a parar la pandemia del coronavirus. Muchos sacerdotes lo están haciendo. No está mal, pero siempre se debería acompañar con otras acciones que ayuden a la gente a tener fuerza y esperanza en estos momentos de confinamiento y apoyar las medidas que las autoridades nos dictar para estar a salvo de un posible contagio. La fe y la esperanza suben las defensas, el pesimismo y el pánico las bajan, en eso coinciden los médicos y los expertos en estos temas.