CLAUDIA SE CURA EN SALUD
Después del “zafarrancho” del Hospital de las Américas, se comenzaron a tomar medidas para evitar otros problemas “bochornosos” como el que sucedió en días pasados. Todo ello indica que nuestro sistema de salud y la manera que manejan las cosas tiene muchas deficiencias, sobre todo en el ámbito de la información. De ahí que nuestra Jefa de Gobierno, “curada en salud” comenzó a poner carpas fuera de los hospitales de la Ciudad de México para dar información a los familiares de los pacientes que estaban internados. Una buena medida y digna de alabar. Es una pena que solo cuando suceden casos como el del Hospital de Ecatepec, se busquen soluciones. Siempre se ha dicho que la prevención es mejor que la cura. Pero aquí, en este país, no se entiende eso. Nos gusta la improvisación y hacer las cosas “al ahí se va”. No. No es el camino. En el caso de la pandemia, desde el primer momento se pudieron tomar medidas de control en los aeropuertos y otros puntos de entrada en el país para evitar contagios, pero no se hizo y cuando lo hicieron, más bien, parecía una simulación que algo real y preventivo. Debemos aprender a ser proactivos, como se le dice ahora y no reactivos, como solemos ser.
BARBOSA SE APANICA
Se ha comentado en otras ocasiones del muy conocido dicho: “El miedo no anda en burro”. Por eso de que las acémilas son lentas y tercas. Parece que eso le pasa al Sr. Gobernador de Puebla, Miguel Barbosa. Después de sus dichos poco acertados y discriminatorios al decir que el coronavirus era cosa de ricos y que a lo pobres no les daría, hoy se tendrá que morder la lengua porque la entidad que gobierna, es una de las que más se propaga la pandemia. Los casos aumentan día a día de una manera exponencial. Pero se actuó muy tarde y hoy casi tiene llenos los hospitales. Las medidas que ha comenzado a tomar, como son los cierres de restaurantes y otras actividades no esenciales, como decimos, vienen tarde y ahí están las consecuencias. A eso se le llama ineficiencia en el arte de gobernar. Parece que este término de pandemia, también se le podría utilizar en el caso de los gobiernos. Muchos gobiernos son tan ineficientes que ya se han convertido en pandemia gubernamental. Ojalá que esta experiencia por la que estamos pasando en el mundo y en México, nos ayude a superar muchos males endémicos que arrastramos por siglos.
LOS CUBREBOCAS Y LAS MALAS MIRADAS
Ir por la calle y no llevar cubrebocas, es motivo de malas miradas y comentarios. En un primer momento nos decía el subsecretario de Salud, el todopoderoso Hugo López Gatell que el cubrebocas no servía de nada para los que no estaban contagiados, solo los que tenían algún síntoma y llevarlo, significaría que evitaras contagiar a otros. Después intervino la OMS diciendo que era importante que todo mundo se cubriera la boca para evitar contagios. Nadie los entiende. Para más “inri” se decía que el cubrebocas solo servía durante cuatro horas de uso continúo y que no se podía lavar ni desinfectar. Bueno a, ¿quién hacerle caso? Finalmente parece que se impuso el dichoso cubrebocas porque ya no se puede entrar en una tienda si no llevas el “espantapájaros” en el hocico. Esta moda, impuesta a la fuerza, ha sacado de todos nosotros la mayor creatividad. Cuando vas por la calle, se pueden ver de todos los colores, no creemos de sabores, pero sí, muy originales. Hasta una botellón de agua cortado y puesto como máscara en la cabeza. Incluso hemos visto a individuos con un garrafón cortado y montado en la cabeza. Previsores no seremos, pero creativos mucho. Deberíamos utilizar esa creatividad para sacar adelante las buenas iniciativas sociales y con ello, elevar a México como potencia mundial en salud, trabajo, educación, solidaridad…
¿TAMBIÉN SE CERRARÁN LAS PASTELERÍAS?
Solo eso nos faltaba. Tal vez, como en Nuevo León, el Bronco, ha comenzado a ver que sus gobernados comienzan a embarnecerse, porque no se atreven a decir, engordar y de ahí que con motivo del día de la madre, próximo 10 de mayo, haya dado la orden de cerrar las pastelerías. Parece que algún otro estado, va por el mismo camino. Si es como la pandemia del coronavirus, pronto nos mandarán cerrar hasta la “boca” para no hablar y no hacer comentarios inoportunos a los gobiernos que no les gustan que los critiquen en sus acciones. Creemos que es una exageración el cierre de los negocios, como es el caso de una pastelería donde la gente no se aglomera y solo va a recoger su encargo. No exageremos las cosas. Ni tampoco queramos ser protagonistas con las ideas más estrambóticas para llamar la atención y salir en los medios, pero lo que hace esto, es perjudicar a la gente y las molestias no se hacen esperar. ¿O tal vez quieren que las mamás hagan sus propios pasteles y así se consuman otros insumos para generar ventas? Es pregunta.
