En los casos de pederastia al interior por parte de sacerdotes existe una doble responsabilidad: por una parte hay un religioso infractor y, por otra, una jerarquía que lo protege, por lo que la Iglesia Católica está obligada a realizar un cambio radical para prevenir esos abusos.
Así coincidieron los participantes en el Foro Nacional SPES VIVA, Derechos de la Infancia ante la Pederastia Clerical, que este martes fue inaugurado en Monterrey.
Alberto Athie Gallo, ex sacerdote, puntualizó que la pederastia eclesial no es un problema de individuos con perversiones, sino que es todo un mecanismo estructural de la Iglesia católica que funciona como una cadena de responsabilidad en tres órdenes: la Santa Sede, los obispados locales y los sacerdotes que cometen el delito.
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Por ello, urgió a la Iglesia acabar con el silencio protector y reconocer que la pederastia contradice el Evangelio y el mandato de cuidar a los niños. Además, dijo, debe reconocer que la protección de su imagen no puede estar por encima del interés superior de la infancia, por lo que tiene que denunciar y presionar para que las autoridades civiles competentes juzguen a los pederastas.
El sacerdote Alberto Anguiano Aguilar, miembro del Centro Interdisciplinar para la Protección del Menor, insistió en que en los casos de abuso a menores se ésta ante un “sujeto de doble responsabilidad”, que implica a un clero infractor y una jerarquía que lo protege. Reprochó que los medios de comunicación difundan estos casos sólo como “negocio”.
Bernardo Barranco, especialista en religiones, opinó en el mismo sentido. Expuso que en este fenómeno hay una doble victimización que al mismo tiempo exige una disciplina de guardar silencio. Lamentó que exista un fuero eclesial que permite la impunidad, pues las autoridades civiles no actúan. Por ello, consideró necesario ejercer presión para que se establezcan políticas públicas más severas contra este delito.
Joaquín Aguilar, director de la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual para Sacerdotes (SNAP) México, afirmó que el pederasta se aprovecha de su condición de autoridad y busca a sus víctimas entre personas vulnerables. El infractor sabe que su institución lo protegerá antes de que se “haga escándalo”, acusó.
Aunque hizo un reconocimiento a la Conferencia del Episcopado Mexicano por sus protocolos y guías de protección a menores, advirtió que éstas no se cumplen en las diócesis, por lo que es necesario que sean aterrizadas, ya que son los obispos los que conocen los casos de sus sacerdotes.
Por su parte, Cristina Sada, organizadora del foro, advirtió que la Iglesia Católica enfrenta una crisis histórica por los casos de pederastia, por lo que está obligada a realizar un cambio radical y prevenir los abusos sexuales de sacerdotes.
Además, urgió a tipificar este delito en los 12 estados que aún no lo tienen y castigar penalmente a los encubridores. Es necesario, añadió, que la jerarquía católica pase de las declaraciones y las simples políticas de prevención, a un auténtico combate del problema, que implique procesar ante la justicia civil a los agresores y garantizar la reparación del daño.
Abuso en seminarios
Una de las participaciones que causó mayor revuelo fue la del sacerdote Jorge de Sierna, quien reveló que en algunos seminarios se cometen abusos sexuales a los jóvenes que ingresan y no se denuncian porque son amenazadas por las autoridades eclesiásticas de impedirles llegar a ser sacerdotes.
Recordó que cuando estaba en el seminario fue testigo de varios abusos sexuales que sufrieron sus compañeros y éstos sucedían “bajo el rostro del crucifijo, lo vi y lo escuché…malditos”
Propuso que los sacerdotes pidan abiertamente en las misas a los padres de familia que “cuiden a sus hijos. A tú niño no lo puede tocar nadie, ningún cura, bajo ningún pretexto”.
PRIMER FORO NACIONAL, DERECHOS DE LA INFANCIA ANTE LA PEDERASTIA CLERICAL.
Posted by Cristina Sada Salinas on Tuesday, November 27, 2018
Además, sugirió que los obispos y sacerdotes también vayan al siquiatra y sicólogo, “porque hay algunos que están demasiado enfermos”. Puntualizó: “Así como nos tratamos de actualizar en teología, así nos debemos actualizar en nuestra salud mental para evitar estos crímenes”.
Contó como anécdota que apenas se supo de los abusos del padre Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo, en la calle quien lo veía con alzacuellos llegaba a comentar “cuiden a sus niños”.
Heriberto Cavazos, obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Monterrey, advirtió que “no basta pedir perdón” y ponerse al servicio de las víctimas, porque esta injusticia debe recibir reparación.
Reveló que en años recientes en esa Arquidiócesis se han denunciado ocho casos de pederastia clerical. Al respecto, Pedro Pablo González, procurador de justicia de esa Arquidiócesis, aclaró que no todos los casos son de sacerdotes, pues uno es maestro de colegio y otro dirigente de un movimiento religioso.
