Por primera en la historia moderna, un laico dirigirá la oficina de alto nivel de la Santa Sede, luego de que el Papa Francisco nombró este jueves 5 de julio a Paolo Ruffini como nuevo prefecto del nuevo Dicasterio para la Comunicación.

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A mediados de marzo pasado, el Obispo de Roma aceptó la renuncia de monseñor Dario Viganó, quien quedó involucrado en un escándalo por un mal manejo informativo, denominado lettergate.

Después de la renuncia de Viganó —que le fue aceptada de inmediato—, quedó encargado del despacho el argentino Lucio Adrián Ruiz.

La Secretaría para la Comunicación del Vaticano se creó el 27 de junio de 2015 como una de las piedras angulares de la reforma de la Curia. En el motu proprio (decreto papal) por el que se instituyó se establece que “el actual contexto comunicativo, caracterizado por la presencia y el desarrollo de los medios digitales, y por factores de convergencia y de interactividad, requiere repensar el sistema informativo de la Santa Sede”.

Y recientemente se concretó la reforma a dicho dicterio.

¿Quién es el nuevo prefecto?

Fue durante cuatro años director de TV 2000, la red televisiva de la Conferencia Episcopal Italiana.

Es originario de Sicilia, tiene. 61 años de edad, es casado y periodista profesional desde hace mucho tiempo.

Nació en Palermo el 4 de octubre de 1956, es licenciado en Derecho en la Universidad de Roma La Sapienza.

Es periodista profesional desde 1979 y está casado con María Argenti desde 1986.

Ha trabajado en varios medios impresos y electrónicos, entre ellos El Mattino di Napoli (1979-1986); Il Messaggero di Roma (1986-1996); en el Informativo Radio Rai (1996-2002); Canal Informativo Radio Parlamento (1998-2002); Radio 1(1999-2002); Inblu Radio (2014-2018), y en la televisión: Rai3 (2002-2011); La 7 (2011-2014); y TV 2000 (2014-2018).

Ha recibido diversos premios de periodismo y ha participado en numerosos congresos de estudio sobre el papel de los cristianos en la información, la ética de la comunicación y los nuevos medios de comunicación.

Como prefecto de la comunicación vaticana tendrá bajo su responsabilidad a los medios papales, como la Radio Vaticana, el diario L’Osservatore Romano, la librería Editorial Vaticana, el Centro Televisivo Vaticano y la sala de prensa de la Santa Sede, es decir, un enorme poder.

La primera entrevista que concede es para vaticannews.va, y la hace Alessandro Gisotti.

—Su nombramiento ha desatado una gran sorpresa: la primera vez que se elige a un laico, casado, para guiar a un dicasterio de la Curia romana. ¿Qué representa esto para usted— le preguntó Gisotti.

—Fui el primero en sorprenderse con la llamada del Papa. Y como he dicho, soy plenamente consciente de cómo un encargo así de grande es también una medida constante y un recordatorio de mi pequeñez personal, que sólo puede confiar en la Gracia de Dios.

Cuando al final del Jubileo, junto con Lucio Brunelli, entrevisté al Santo Padre, recuerdo una de sus respuestas a nuestra pregunta sobre la Iglesia: “La Iglesia, como institución, la hacemos cada uno de nosotros. Somos la comunidad”.

Estas palabras son también un llamado a los laicos para que no eludan sus responsabilidades, su “ser Iglesia” y los roles que en la vida la Iglesia puede pedirnos que desempeñemos.

Creo que esto es lo que el Papa nos pide a cada uno de nosotros y lo que me ha pedido a mí en este caso concreto. Una llamada a la que sólo se puede responder confiando, como dice San Pablo, en que es precisamente en la debilidad cuando se manifiesta plenamente la fuerza.

—¿Cuál es su balance de los años trabajando en TV 2000 y Radio InBlu?

—Los balances nunca retratan bien las cosas vivas, que se mueven y caminan. Los años en TV 2000 e InBlu han sido un viaje hermoso y emocionante para mí, hecho con personas extraordinarias.

Pero no es un viaje que se interrumpe. Es un proceso que estoy seguro que continuará rápidamente, porque hay cada vez una necesidad más grande de compartir el bien en un mundo donde la comunicación a menudo se basa en aquello que no es bello.

—A usted le tocará concluir la reforma de la comunicación vaticana impulsada por el Papa con el motu proprio del 27 de junio 2015…

—Las reformas nunca son hechas por una sola persona. Como escribió el Papa, no son un problema de gráficos organizativos, sino la adquisición de un espíritu de servicio.

Las reformas son “un caminar juntos” que requiere escuchar, la inclusión y la participación de todos. Es por eso que necesitamos la voluntad de cambiar y la conciencia de cuán grande y hermoso es el contenido de lo que comunicamos a los hombres y mujeres de nuestro tiempo. Este es el desafío al que la Iglesia nos llama.

Y este es el camino por el que todos tendremos, incluido yo, que andar hacia adelante. Como dijo el Papa, no debemos temer a esta palabra, reforma.

La reforma “no es blanquear las cosas, sino organizarlas de otra manera”. Y esto es lo que el Papa nos pide.