El Arzobispo Primado propone unidades pastorales que fortalezcan el tejido social.
La Iglesia no puede convertirse en un “supermercado religioso”, donde la persona escoge cuál le conviene para escuchar la palabra o cuál le ofrece mejores servicios; la ciudadanía debe recuperar su sentido de identidad y pertenencia a ella, dijo Carlos Aguiar Retes, Arzobispo Primado de México, durante su visita a la Vicaría II Cristo Rey, en Tacubaya.
“Para lograr esto, la propuesta son las unidades pastorales, lo que significa levantar los límites parroquiales en el entorno de un territorio, y formar equipos de sacerdotes, uno que coordine en todas esas parroquias los equipos de liturgia, otro los de los jóvenes, otro los de los adultos mayores, y que todos los agentes de pastoral se conozcan y trabajen juntos. Esto fortalecería el tejido social y nos ayudaría a salir del individualismo y del anonimato social, a volver a identificarnos como vecinos, a tratarnos nuevamente a través de la fe”, puntualizó.
La Iglesia necesita replantear su misión, buscar formas de ser más eficaz, y esto sólo se logra trabajando en comunión, por lo que se necesitan estructuras que nos conduzcan hacia la unidad operativa mediante un Plan Diocesano de Pastoral, agregó Aguiar Retes y señaló: “En estas primeras visitas que he hecho por la Arquidiócesis, veo que hay muchas potencialidades, pero estamos funcionando como si fuéramos ocho diócesis independientes. Aunque hay buenas relaciones entre los obispos auxiliares, cada uno está funcionando por su lado, con planes pastorales distintos, lo cual ya no puede ser”.
Detalló que “las unidades pastorales contemplan la posibilidad de que el grupo de sacerdotes de esta unidad parroquial viva en una casa común, lo cual daría en automático el testimonio muy fuerte de que formamos una comunidad, de que no vivimos aislados. Si cada parroquia sigue siendo el gallinero de un gallito, y cada quien con su gallinerito, el sacerdote se convierte en un funcionario de la institución eclesial, pero no en un pastor, y menos una comunidad de pastores. Si la gente nos ve actuando en comunión, coordinándonos y auxiliándonos, la sociedad se transformará y volveremos a recuperar el sentido de pertenencia e identidad con miles”.
Un regalo de Dios
Respecto a la vida religiosa, Carlos Aguiar la definió como “comunión” y dijo que es un regalo de Dios. Externó que los religiosos y religiosas cuentan con institutos educativos que son una veta para la renovación de la Iglesia, de manera que si se lleva a cabo una sinergia entre los procesos formativos y las actividades de la Iglesia en sus diferentes ámbitos, se incidirá positivamente en la sociedad. Agregó que también es necesario buscar la relación con las escuelas públicas.
En cuanto a los diáconos permanentes, comentó que no se les ha conducido como los documentos de la Iglesia proponen, pues se les ha convertido en ministros de culto. Explicó que lo que se pide es que sean hombres de mundo, un puente entre lo social y lo eclesial, y debe abrírseles camino para el servicio al ministerio episcopal; “es decir, para que me ayuden a mí”, y lo que encuentra uno es que están ayudando a un párroco concreto.
“El diácono que coordina FRATESA es un muy buen ejemplo de lo que debe ser su ministerio. Si un diácono es un buen administrador, nos puede ayudar en las instancias administrativas de la diócesis; si es un buen abogado, en las cuestiones penales; si es un hombre sensible a las necesidades, en la Pastoral Social. De manera que diseñaremos un proyecto adecuado para ellos.
Luego de acudir a las vicarías III y VI, como parte de una serie de visitas de reconocimiento a las zonas pastorales de la Arquidiócesis de México, Carlos Aguiar Retes se reunió con la comunidad de la II Vicaría Episcopal en la parroquia de Cristo Rey, en Tacubaya. Tras ser recibido por el obispo auxiliar Carlos Briseño Arch, el cardenal oró con sacerdotes de las diferentes parroquias de esa circunscripción eclesial y luego una reunión en la que se le ofreció una breve reseña histórica de la vicaría y un informe sobre su estructura y funcionamiento.
