En la columna El Cenote Sagrado del 17 de febrero: Las “sucursales” de las manifestaciones “defeñas”; “La mata sigue dando”. Caso Fátima; A la tercera va la vencida; Misionar es más importante que “palacear”
En la columna El Cenote Sagrado del 17 de febrero: Las “sucursales” de las manifestaciones “defeñas”; “La mata sigue dando”. Caso Fátima; A la tercera va la vencida; Misionar es más importante que “palacear”

Las “sucursales” de las manifestaciones “defeñas”

Resulta que el “manifestodromo” del Zócalo capitalino de la Ciudad de México se extiende a otras ciudades de la República. Nos informan que en Chiapas, un grupo de jóvenes con algunos de los papás de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, se manifestaron en Tuxtla Gutiérrez donde fueron reprimidos por la autoridad local con un saldo de varios lesionados y algunos de consideración. Considerablemente llama la atención que el tema Ayotzinapa llegue hasta Chiapas. No queremos ser mal pensados, pero la pregunta ahí está: ¿qué tenían que hacer los padres de los estudiantes desaparecidos y algunos jóvenes manifestándose en un estado del Sureste de México? Es pregunta. Las respuestas las tendrían que dar ellos, pero “huele mal” el que se vayan a manifestar en Chiapas. Todo ello nos lleva a pensar que este asunto difícilmente se resolverá. El motivo es muy sencillo. Los réditos políticos y sociales son muy altos. Una tragedia se puede convertir en arma política para los intereses de unos pocos o de un mismo grupo político. No se vale usar el “dolor y la muerte” para beneficio propio o de grupo.

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“La mata sigue dando”. Caso Fátima

No pasa un día que no nos levantemos con la trágica noticia que una mujer, una adolescente, una niña, han sido asesinadas. Ahora nos conmueve la muerte de Fátima, una niña de siete años que al salir de su escuela, pasó alguien y se la llevó para, posiblemente, abusar de ella y luego matarla. Escuchamos en las noticias que su mamá llegó un poco tarde a recogerla por causa del tráfico y como no llegaba la señora, las autoridades de la escuela decidieron dejarla en la puerta porque, de seguro tendrían “otras cosas más importantes que hacer” antes que cuidar a una niña indefensa. Si tienen conciencia, esperemos que les “remuerda”. Qué decir de la pobre mamá que no llegó por causa del tráfico a salvar la vida de su hija. No quisiéramos estar en sus zapatos. ¿Qué está pasando en nuestra sociedad? Ayer Ingrid, hoy Fátima. Estas dos mujeres representan a todas aquellas que son masacradas en México y otras latitudes del mundo. Mientras, estamos más preocupados haciendo escándalo fuera de la Plaza de Toros porque se maltratan a los animales, o porque se cortó un árbol en un lugar determinado… La vida parece que no interesa. No queremos meternos con el tema de los abortos, que son muchos los que se cometen  diario. ¿Cuándo nos daremos cuenta que nuestra sociedad está enferma y con ella, cada uno de nosotros? Las autoridades parecen estar más preocupadas por lo político y obtener votos que proteger a los ciudadanos. Los ciudadanos hemos caído en un marasmo de  incongruencias que ya no se sabe por dónde caminar. Sin ser pesimistas, pero vamos al caos y a la autodestrucción. Si no ponemos un alto, juntos sociedad y gobierno, esto terminará peor que en Venezuela. No nos dejemos contagiar del miedo y unamos esfuerzos para cambiar nuestra realidad.

A la tercera va la vencida

Y hemos comentado en este espacio el caso “Lunares”, líder del cartel de Tepito que fue aprehendido una vez y soltado por el juez de turno porque su carpeta estaba mal integrada. Sale del penal y de inmediato lo recapturan por otros cargos que la autoridad judicial le imputó. De nueva cuenta, la justicia lo libera porque dice que en su carpeta se le “armaron pruebas” y de nuevo la policía lo vuelve a reaprender  y ahora lo acusa de homicidio. Bueno, ¿a qué juegan? Parece una burla para todos nosotros, ciudadanos de a pie, que creíamos que con el cambio de Procuraduría a Fiscalía, las cosas iban a cambiar. Sin embargo, parece que seguimos igual o peor. Es una lástima. Todo ello nos hace pensar que detrás de estos actos hay “mano negra” e intereses muy particulares que no se permite que se haga justicia a tantos hombres y mujeres que han sido víctimas de la delincuencia organizada. Se entiende que la ciudadanía no quiera hacer denuncias cuando ha sido presa o bien, de un asalto o de robo a casa particular. Se preguntan, ¿para qué? Denunciar es una tortura, todos los sabemos y cuando lo haces, si agarran a los delincuentes, salen o de inmediato o los sueltan a los pocos meses. No podemos seguir así. Necesitamos un cambio rotundo, no para coartar libertades, sino para que se aplique la justicia en su totalidad.

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Misionar es más importante que “palacear”

El Papa Francisco no deja de sorprendernos. La última que nos ha dejado es que los futuros “nuncios”, antes de terminar su período de preparación en la Academia Pontificia, deben pasar un año en un país de misión. Los Nuncios son los representantes del Papa en los países donde el Estado Vaticano tiene representación, es decir, son embajadores de su país, en este caso, el Vaticano, a quien representan. La noticia puede parecer insignificante, pero  tiene mucha trascendencia. Estos Señores, a veces se ostentan como verdaderos príncipes y nunca o casi nunca han tenido contacto con la misión y menos con los pobres. De ahí que muchas veces en lugar de  representar a los intereses de la Iglesia, se representan así  mismos con lujos y prebendas que poco ayudan a ser testigos del Evangelio. El Papa se ha propuesto hacer un cambio y poco a poco lo va haciendo. Muchos quisieran que fuera radical, pero este Papa no quiere rupturas. Los cambios se hacen, pero, a su tiempo.