El Cenote Sagrado del 9 de enero: Los Legionarios y Marta Sahagún; Las extorsiones y los extorsionados; Una tragedia ecológica mundial; Netflix y sus atrevidas series
El Cenote Sagrado del 9 de enero: Los Legionarios y Marta Sahagún; Las extorsiones y los extorsionados; Una tragedia ecológica mundial; Netflix y sus atrevidas series

Los Legionarios y Marta Sahagún

A vueltas con el tema de los Legionarios de Cristo, solo que ahora nos ponen en el “plato” un ingrediente más: Marta Sahagún, ex primera dama en la época del conocidísimo Vicente Fox. Dicen que la indagatoria está ligada a la “presunta evasión y lavado de dinero”. Todo esto a raíz de la revelación en 2017 del ya conocido “Paradise Papers” donde se mostraba la forma económica de los Legionarios. Sobre este tema los mismos miembros de la Legión aclararon, informaron y, según ellos dijeron toda la verdad. Pero nos preguntamos, por qué ahora sale de nuevo el tema. ¿Quién tiene interés de hacer ruido sobre algo que ya se aclaró y que pasó sin mayores consecuencias? No dudamos que una vez sea  una distractor  de otros temas que no interesa que circulen en boca de la opinión pública. Algo que también llama la atención que sea el periódico Reforma que le dé tal preponderancia al tema. ¿Le estará haciendo el juego al Gobierno de la 4T? Es pregunta, nada más.

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Las extorsiones y los extorsionados

Es un hecho que las extorsiones es el “pan nuestro de cada día”. Quien más quien menos, todos hemos sido, si no “víctimas”, directas, sí indirectas de extorsión. Solo que como en todo, unas suenan y la mayoría no se conocen. Tuvo que suceder a la mamá de una columnista, Denise Dresser, para que nos hiciéramos eco de un hecho que sucede con tanta frecuencia y por lo tanto, ya casi no nos extraña. Lo triste del caso, en concreto de este, es que los así llamados “bots” y los fanáticos comenzaron el linchamiento contra la Sra. Dresser. Decían que la divulgación de su historia, en pocas palabras, no reflejaba la realidad. Entonces, dígannos si la realidad es de “color de rosa” como la ven aquellos que solo hacen defender a “capa y espada” las acciones de gobierno, aunque estas no sean las correctas. No queremos desearle mal a nadie, pero aquellos que “vociferan”, ojalá no les toque algo similar como lo que vivió Denise Dresser. No queramos “tapar el sol con un dedo”. La realidad está ahí y lo cierto es que el gobierno no hace mucho para cambiarla.

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Una tragedia ecológica mundial

Estos días estamos siendo informados de los feroces incendios que está viviendo Australia. Las imágenes que nos llegan parecen apocalípticas. Es terrible. No digamos ya la pérdida de animales que se cuentan por cientos de miles. Pero no es únicamente en Australia, también en otras latitudes del planeta están ocurriendo fenómenos nunca antes vistos, que deberían ponernos a pensar, como las inundaciones en el sur de Perú. Así podríamos hacer una lista de casi interminable de hechos que nunca antes se habían visto y que ahora están sucediendo por doquier. La pregunta es muy simple: ¿qué estamos haciendo los humanos para llegar a esta situación? No acabamos de entender que al ritmo que vamos en  menos de una década, si no se ponen remedios ya, será un proceso sin retorno en el deterioro ambiental con catástrofes y acontecimientos naturales peores que los que estamos viendo hoy. Los gobiernos hacen muy poco o casi nada, caso del Sr. Trump que niega el “cambio climático”.  El Papa Francisco no deja de hablar del cuidado de la “Casa común”. En su encíclica: “Laudato si”, es un llamado a la humanidad, además de tomar conciencia del hecho, a poner en práctica acciones concretas para evitar una cataclismo de consecuencias impredecibles.

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Netflix y sus atrevidas series

Leemos que la justicia brasileña ha ordenado a Netflix retirar la producción sobre Jesús homosexual “Porta dos Fundos”. No es la primera vez que nos referimos a estos asuntos. La pregunta es muy clara: ¿Hasta dónde puede llegar la libertad de expresión sin herir los sentimientos de las personas? En el mundo occidental parece que todo se vale sin importar los sentimientos de los demás. No es la primera vez que se juega con los sentimientos religiosos de la gente. Las productoras con el afán de aganar dinero son capaces de inventar lo más estrambótico para atraer al público y sacarle los “centavos” para su propio beneficio. Estos mismos que producen estas obras, ¿lo harían  en un país musulmán  poniendo a Mahoma como gay? Seguro que ninguna estaría vivo si así lo hicieran. No incitamos al fanatismo, pero sí al respeto y las creencias de la gente.