La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) alertó de la crisis humanitaria que se vive en la frontera sur, donde hay miles de migrantes que tienen varios días sin comer y duermen en la calle. Además, hay niños, ancianos, enfermos y algunas mujeres en la cercanía de labores de parto. Por eso llamó a las autoridades federales y estatales a activar un plan de emergencia.

Como parte de ese plan, la CEM solicita que las estructuras gubernamentales brinden una atención humanitaria, especialmente a aquellos que deambulan por la ciudad de Tapachula.

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También pide esclarecer, a la brevedad posible, la legalidad con la que ingresan al país miles de migrantes. “Exhortamos a atender adecuadamente este momento de crisis, en la que nuestro país tiene oportunidad de mostrar su verdadero nivel de humanidad”, subrayó.

Ante el flujo de las caravanas de migrantes que llegan al país, la CEM advirtió que algunos han asumido actitudes de rechazo, indiferencia, xenofobia, discriminación y racismo.

“Como Iglesia nuestra ocupación hoy se ha transformado en preocupación. Junto con otras Iglesias y grupos de la sociedad civil hemos atendido y, al mismo tiempo, colaborado con nuestras autoridades en los tres niveles de gobierno en la emergencia humanitaria que vive ya nuestro país, ante el fenómeno migratorio manifestado en las caravanas que se han desplazado y siguen desplazándose en nuestra nación”.

En un comunicado, la CEM informó que se ha solicitado la acción de la organización Caritas Nacional para que se articule la ayuda a fin de atender esa crisis humanitaria.

Además, a las diócesis se les pidió fomentar entre sus feligreses un esfuerzo adicional de generosidad a favor de los migrantes, porque “nos preocupa la situación de la frontera sur, específicamente, lo que vive la ciudad de Tapachula, en Chiapas.

“El inmenso número de migrantes continentales y extracontinentales ha rebasado la ayuda de la Iglesia y la acción del gobierno. Las instalaciones de la estación migratoria Siglo XXI están sobresaturadas lo cual no permite una atención humanitaria, provocando que los migrantes deambulen por la ciudad buscando ayuda”.

La CEM se une al llamado del obispo Jaime Calderón, de Tapachula, a las autoridades, tanto municipales, estatales y federales, así como a la sociedad civil a fin de que active y monitoree adecuadamente esa crisis humanitaria.