En la columna El Cenote Sagrado del 11 de mayo de 2020: Y pasó el día de las madres; Las redes, sus detractores y defensores; Una pandemia que nos vuelve locos; Los conservadores piden la apertura de las iglesias. Foto: De Shantilon - Trabajo propio, CC0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=13981581
En la columna El Cenote Sagrado del 11 de mayo de 2020: Y pasó el día de las madres; Las redes, sus detractores y defensores; Una pandemia que nos vuelve locos; Los conservadores piden la apertura de las iglesias. Foto: De Shantilon - Trabajo propio, CC0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=13981581

Y pasó el día de las madres

Como cada año, el diez de mayo es más que fiesta nacional. Celebrar a la madre es casi “sagrado, divino…” ¡Quién no honrará a su  madre! Si hiciéramos un encuesta preguntando qué significa la madre para ti, de seguro que casi el cien por cien diría, “la madre significa todo”. Es cierto. Una madre no tiene valor. Desde que nos lleva dentro de sí hasta que deja este mundo, sus hijos “significan todo”. Aún el hijo más perverso y criminal, siempre encontrará una madre que lo acoge y le dará cariño y comprensión. No es el momento de hacer una disertación sobre el sentido cultural, antropológico, social e incluso religioso de lo que es la madre. Sin embargo, un país como el nuestro donde el machismo impera por doquier, las mamás, tienen mucha culpa de que eso suceda. Desde niños, el hombre no se le inculca que haga faenas de casa, eso le corresponde a las mujeres, porque si lo hace, tal vez se puede volver “gay”. Esa es la mentalidad y las madres contribuyen a ello. Lavar y planchar la ropa, ni hablar. ¡Cómo!

Si bien en estos tiempos que nos toca vivir, los roles están cambiando, todavía falta mucho para que esa equidad de género de la que tanto se habla, se convierta en una realidad. Sea lo que sea, los pasos se van dando y esperemos que muy pronto, esa igualdad se vea reflejada en la vida real y no solo en el papel.

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Las redes, sus detractores y defensores

En estos tiempos del coronavirus nos podríamos preguntar, ¿qué pasaría si de repente nos cortaran las redes y no las pudiéramos utilizar? Sin exagerar y hablando en términos imaginativos, ¡sería el suicidio colectivo!. Las redes se han convertido en una herramienta imprescindible en este siglo XXI. La información, el entretenimiento, la comunicación, la creatividad…, en fin, un número indecible de aplicaciones que hoy ya no nos podríamos imaginar. Ante esto, muchas personas, incluso, gente de gobierno, le achaca a las redes todos los males del mundo y desearían que desparecieran del mapa. Estos ven en las redes al mismo “Satanás” que ha triunfado al introducir en el mundo toda clase de males: pornografía, mentiras, muertes, chismes y toda clase de maleficios. Es cierto que a veces se hace un mal uso de las dichosas redes. Sin embargo, otros las bendicen y alaban como un mecanismo de libertad donde se puede expresar todo lo que uno quiera y donde te puedes informar de cualquier tema o noticia que pueda ocurrir. Es más, las redes se han convertido en un instrumento de diversión como nunca antes visto. Sea lo que sea, creemos que son más lo beneficios que males lo que nos aportan. Todo dependerá el criterio con lo que las uses. Los mismos consorcios que facilitan estas herramientas, se están convirtiendo en árbitros de  la información que corre por ellas. De todos modos, debemos ser conscientes y sobre todo en las familias de educar y formar a los más jóvenes en el uso correcto de estos medios.

Una pandemia que nos vuelve locos

Es verdad. Cada vez más se escuchan voces de personas que ante el encierro, las muertes, los contagios y toda clase de noticias en torno a este virus, se han trastornado sus cabezas. No es que estén locos, pero sí una manera diferente de pensar y actuar. Después que pase todo esto, los psicólogos, psiquiatras, médicos, sociólogos, economistas y toda profesión que exista, no le faltará material para  hacer largos estudios y análisis donde se nos estudiará a la raza humana en su comportamiento ante una adversidad mundial. No dudamos que los resultados serán muy interesantes. De entrada, como decíamos, gente de todo tipo se ha “trastornado” un poco. No es para menos. Tantos días de encierro y con tantas noticias contradictorias, no es fácil procesar tanta información. Menos las personas mayores que no tienen lo mecanismos de defensa que lo más jóvenes pudieran tener. Hay una urgencia por abrir los comercios, salir a la calle, hablar con los amigos y, en definitiva, volver a la vida normal.  Pero, al regreso ¿será todo tan normal? Creemos que no será así. El miedo se ha apoderado de mucha gente y siempre quedará la sospecha de que al juntarte con alguien que no conoces, pudiera contagiarte del mortal virus en muchos casos. Se atisban cambios de conducta en la gente, sus hábitos, sus maneras de vivir, etc. Serán tiempos diferentes que todavía no vislumbramos. Pero ahí vienen y debemos esta preparados para recibir, ahora sí, el siglo XXI.

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Los conservadores piden la apertura de las iglesias

Si. Esta es la noticia que corre en las redes mundiales. Los gobiernos mientras, se vuelven renuentes por temor a concentraciones masivas que pudieran ser focos de contagio. De todos modos, han surgido una serie de propuestas y argumentos, algunos poco convincentes de volver a la vida normal, aún en las Iglesias. Es cierto que muchas Iglesias viven de los donativos de los fieles y al no tener entradas se las ven y se las desean para salir adelante con los gastos ordinarios. Pero de eso, a que se pudieran celebrar misas como antaño, estamos muy lejos. Claro que hay un grupo grande a nivel internacional que buscan presionar, a veces, pensamos que no por lo espiritual, sino por lo político, a las autoridades para que cedan ante sus propuestas y de este modo adjudicarse una cierta victoria. Creemos que es una irresponsabilidad en estos momentos, abrir los templos para misas como antes de la pandemia. Debemos ser responsables y sobre todo cuidar la salud de la gente.