En la columna El Cenote Sagrado del 16 de abril de 2020: AMLO y sus dichos; Hospitales y sus vigilantes; Las cifras de Hugo López Gatel; Obispos unidos contra el coronavirus
En la columna El Cenote Sagrado del 16 de abril de 2020: AMLO y sus dichos; Hospitales y sus vigilantes; Las cifras de Hugo López Gatel; Obispos unidos contra el coronavirus

AMLO y sus dichos

Las “mañaneras” siempre son sorpresa, claro que, por otro lado, hay temas recurrentes que ya parecen “disco rayado”. Eso pasó de nueva cuenta hoy cuando Andrés Manuel volvió a la carga diciendo que “los adversarios quieren que nos vaya mal”; “que muchas noticias son falsas de los que informan; “que no han logrado desprestigiar a México; “que no les vamos a fallar al pueblo y que contamos con su apoyo”… Y así, un sinfín de dichos que se repiten y repiten hasta la saciedad. Escuchando estas repeticiones, uno ya quiere “cambiar de canal”. Pero hay algo que llamó la atención y a lo que se ha referido en otras ocasiones. Dice: “No se va a limitar la libertad de expresión”. Y no sabemos qué nos quiere decir con esta expresión. ¿No fue esa su bandera en las campañas que vino realizando en las veces que fue candidato? ¿Lo tenemos que interpretar como un “aviso” o, mejor, “amenaza” de que  los así llamados “adversarios” si siguen dando lata, los tendremos que amordazar? Dios nos libre de algo similar. Entonces, sí estaríamos hablando de una “dictadura”. Porque solo en las dictaduras se restringe o se prohíbe la liberad de prensa. Es cierto que hay muchas maneras de coaccionar y presionar para que otros actúen como ellos quieren. Esperemos que no sea el caso. Mientras seguiremos al juego del “gato y el ratón”. Aunque no siempre el más fuerte gana. En todo caso, lo más elemental y de sentido común, es el diálogo y la escucha mutua. Saber ceder y aceptar las ideas y opiniones de los que no piensan igual.

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Hospitales  y sus vigilantes

Ya lo hemos comentado en esta columna. Cada vez los individuos nos portamos peor que en el reino animal. Presumimos de ser tolerantes, generosos y muchos  otros adjetivos de floritura. Eso, “floritura”. Porque resulta que cada día hay más agresiones a los médicos y enfermeras que laboran en los hospitales. Es una desgracia que esto suceda. De ahí que la Guardia Nacional ha sido llamada para resguardar las clínicas y hospitales del Seguro Social. Nos preguntamos si nos hemos vuelto tan radicales que llegamos a agredir a personas que están arriesgando su salud por salvar vidas y los que nos decimos que estamos sanos, nos hemos convertido en jueces injustos con esos hombres y mujeres que laboran noche y día cumpliendo su misión. Seguramente que no nos hemos puesto a pensar que en algún momento podemos caer en manos de ellos por contagio del virus y, ¿si no estuvieran? ¿Nos dejarían morir por falta de personal médico? Seamos congruentes. Hoy por hoy, nadie está seguro de no contagiarse aunque tome todas las precauciones que nos indican las autoridades sanitarias. Así que “hoy por ellos, mañana por nosotros ”, no dejemos de dar gracias a Dios porque tenemos hombres y mujeres que nos pueden atender en caso de necesidad.

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Las cifras de Hugo López Gatel

Este hombre se ha convertido en la estrella de esta emergencia. Al menos, así se lo cree o se lo han hecho creer. Escuchándolo uno se confunde. Hoy mismo, al hacernos el resumen de las cifras de los casos positivos y negativos y los decesos, ya no sabemos a qué atenernos. En las láminas que nos muestra nos dice que hay zonas que no tienen ningún caso, pero deben seguir las normas que se han dado para todo el país. Que el comportamiento de la pandemia no necesariamente obedece a las tendencias que otros países han llevado, pero que debemos seguir las normas que nos dictan de la OMS. Y así una serie de cosas que es como “ir para delante y luego para atrás”. De ahí que nos confunda a los legos en el tema. También resulta curioso que con los datos de las telefónicas pueden saber el movimiento de las personas. Claro que  esto no significa que a cada uno se le esté vigilando, así lo expresa. Pues no. Pero lo pueden hacer si así se les antoja. En definitiva, nos vigilan aunque no nos demos cuenta. Es como un gran Big Brother nacional. ¡Hasta dónde hemos llegado!. Por si esto fuera poco, acusa a empresas -según ellos-, no esenciales, de no acatar las normas de cierre. Pero el Presidente dice que los empresarios velen por su empleados y no los despidan y les paguen sus quincenas. Sin embargo, si no tienen entradas, ¿cómo van a tener flujo de dinero? Si se agrega a esto que la autoridad fiscal se mantiene férrea en los pagos puntuales de impuestos y otros servicios, entonces, ¿qué hacer? La verdad que no hay un rumbo cierto en todo este tema. Pareciera que cada uno tira por su lado y al Presidente le dan la información que les conviene según los intereses de las dependencias. Pónganse de acuerdo y  todos seremos favorecidos.

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Obispos unidos contra el coronavirus

Los Obispos de Italia, España y Latinoamérica se unen para luchar contra la pandemia que azota a muchos países. Entre otras acciones, reclaman la condonación de la deuda externa de los países necesitados. Sabemos que esto es como un llamar a misa, todos escuchan, más no todos van. Así sucederá. Pero la iniciativa no dejar de llamar la atención. Ya en otras ocasiones lo habían hecho. Hoy más que nunca pude resonar este llamado para aliviar un poco las economías maltrechas. Una vez que termine esto, que  no será tan rápido como quisiéramos, vendrá la realidad cobrando caro. Los despidos en las empresas, la carencia de materiales de primera necesidad y en definitiva, el hambre, no se harán esperar. Por eso los obispos dicen que la pandemia global acelera el cambio de época y también la transformación de atención pastoral. Estas peticiones van en consonancia con lo que el mismo papa Francisco viene pidiendo desde hace bastante tiempo. Ojalá que las grandes potencias tomen nota y no para “arrumbarla” en los escritorios, sino para poner en práctica lo que tanto cacarean con la palabra “solidaridad”.